La UE necesita hacer algo. La inacción no es hoy una opción viable para la UE.  ¿Por qué?

1) Los movimientos euroescépticos están ganando momentum. Quién piense que el Brexit ha servido para enfriar el ardor de estos movimientos -que trabajan para fracturar el proyecto europeo-, se equivoca.

2) Poner a la UE “en espera” para no agravar más los movimientos euroescépticos sería no contrarrestar la manifestación más clara de los mismos. El Brexit.

Ciertamente, existe aún un elevado grado de descontento sobre aspectos comunitarios como la imposición de la austeridad desde países centrales, la inmigración, etc. Pero también hay formas de responder a este descontento. Y lo más importante, lejos de lo que la gente piensa, estas vías no tienen porqué ser costosas. De entre el abanico de posibles medidas con las que la UE puede moverse hacia adelante destacaría: 1) Una política común de seguridad (prácticamente con coste cero). 2) Sin duda, un avance hacia la unión fiscal representaría un paso de gigante. El problema es que esta unión fiscal lleva implícita la transferencia directa entre estados miembros y, ciertamente, no veo a la oposición germana aceptando esos términos.
Pero, ¿Qué me dicen de una unión fiscal “a escondidas”? Al fin y al cabo, hablamos de transferencias y más dinero disponible para los países “cabreados”. Pues sepan ustedes que eso puede conseguirse sin transferencias. Basta con un approach algo más flexible de los objetivos de déficit (es decir, más gasto permitido). ¿Quién lo financia? Pues el mismo que lo está haciendo hasta ahora. El BCE. Ya, pero el programa de compra de activos del BCE tiene un límite de compra por país
correspondiente a su contribución al capital. Bueno. ¿Acaso alguien les ha dicho que esto iba a ser fácil? Basta con alterar temporalmente ese límite.
Miren. No es que esta propuesta me interese. Como economista que cree en el principio de la libertad humana, antes que en el de la igualdad, o en el concepto del ahorro que financia inversión, antes que en el concepto de deuda para pagar deuda, le digo que no. Que las propuestas que les menciono no me gustan. Sin embargo ustedes no me pagan para que les diga lo que me gusta o no me gusta. Sino para que les diga lo que creo que va a pasar. Y lo que veo es que existen riesgos suficientemente importantes como para que la UE se vea obligada a actuar en el corto plazo. Por ejemplo. En octubre hay un referéndum en Italia sobre la reforma constitucional. Esta reforma es del todo necesaria, pues hace falta racionalizar los procesos legislativos en este país). Bien, este referéndum puede convertirse en una moción de confianza a Renzi (quien ya ha anunciado que dimitirá si lo pierde). Si los italianos votan NO, eso cimentaría el bloqueo político en el país y sería una bofetada para el proceso de racionalización y reformas en el sur de Europa. En definitiva, una bofetada a la UE. Y no sé hasta qué punto esoperjudicaría al proyecto común.
Y como veo lo que veo (riesgos), creo que la UE actuará ahora para neutralizar en la medida de lo posible esos riesgos. ¿Cómo? Ya se lo he dicho. 1) Creo que dará pasos en política común de seguridad. 2) Tolerará una relajación de la austeridad, con cierta expansión temporal de los objetivos de déficit; en lo que vendría a ser una unión fiscal “por debajo de la mesa”, y 3) con un BCE que va a financiar ese gasto adicional con un aumento o extensión temporal de su programa de compra de activos.
Esto es lo que creo que va a pasar en el corto plazo. Un movimiento hacia adelante (aunque por debajo de la mesa) de la UE. Un colega me hizo una analogía acuática muy interesante. A diferencia del resto de peces, los tiburones no tienen vejiga natatoria que les permita controlar su flotabilidad sin la necesidad de un esfuerzo muscular. En otras palabras. Los tiburones deben moverse hacia adelante para no hundirse. En mi modesta opinión, la UE debe ahora moverse para no hundirse. Y eso es lo que creo que hará. Y en la forma que les he comentado. De ser así, eso debiera tranquilizarles un poco.
Cordiales Saludos