Publicado en RATm (Rage Againts The mARKETS) por Juan Luis García Alejo, director de Inversis Gestión.

Volver… como en el tango de Gardel, la verdad es que cuesta. No han sido veinte años, pero lo han parecido. Cuando el verano termina y se vuelve manos a la obra hay que desentumecer músculos para darse de cuenta de que las inercias continúan: hoy seguimos escribiendo, capítulo a capítulo el futuro de los cimientos del sistema bancario.

La semana pasada el Banco de España emitía una nota informativa sobre las ayudas financieras públicas derivadas del proceso de recapitalización bancaria entre 2009 y 2003. Una nota que es previa a la siguiente revisión de la calidad de los activos de los principales bancos a nivel europeo por parte de la European Banking Authority (EBA). Es decir, una nueva ronda de stress test para evaluar el estado de forma de las entidades financieras. Ésta tendrá lugar en 2014. Tocaba en 2013, pero fue retrasada. Antes de los stress tests habrá a nivel doméstico las denominadas asset quality reviews, revisiones de la calidad de los activos (3t13-4t13). Sin ellos no se podrá avanzar en el diseño definitivo del Mecanismo de Supervisión Único (MSU) europeo. ¿Por qué? En el fondo, esos procesos de revisión van encaminados a homogeneizar la información, a revisar cómo clasifican las entidades financieras los activos y cómo están valoradas. Todos debemos contar con reglas homogéneas. No es cuestión pequeña y tiene por destinatarios a los sospechosos habituales: España y su sector bancario a la cabeza.

¿Cómo…? ¿Qué todavía no hemos limpiado los balances? ¿Qué seguimos resultando opacos a ojos de terceros? Pues sí. La vuelta de tuerca que se viene dando desde antes de verano con los préstamos renegociados es, por ejemplo, un eco de la desconfianza en ciertos agentes en parte de los 1,5 billones de crédito OSR, otro sector residente. En concreto de unos 190.000 millones de € (recordemos que Fitch evaluó las provisiones adicionales derivadas de la nueva normativa del BdE en hasta 10.000 millones de €).

La nota del Banco de España que antes referíamos puede ser perfectamente considerada un ejercicio en aras a la transparencia y que cubra alguno de los déficit percibidos por terceros. Así, el BdE nos ha recordado varias cuestiones relativas a las ayudas públicas que hacen más fiable nuestro sistema frente a quienes dudan:

  • Las ayudas públicas a la banca española alcanzan los 61.366 millones de €: FROB 1, FROB 2, ayudas con cargo al Programa de Asistencia Financiera (el “rescate bancario”).
  • El sector ha podido contar además con avales del Estado para sus emisiones mientras el mercado permanecía cerrado (hasta 3t12 aproximadamente).
  • La banca cuenta con otros 35.681 millones de € en ayudas públicas contingentes en forma de esquemas de protección de carteras de activos (EPA), que se han empleado para “incentivar” la concentración y que en último término suponen un ahorro en dotaciones de provisiones a quienes los disfrutan. Éstas ayudas contingentes a 31 de diciembre de 2012 ya habían supuesto 6.506 millones de € de pérdidas.
  • Sin carácter de ayuda específica tenemos también la participación del Estado en la SAREB y la consiguiente transmisión de riesgo a este vehículo desde los bancos.

[Continúa]

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