El verano es un tiempo en el que, además de descansar y disfrutar, muchos hacen balance de lo que llevan de año y de cómo encarar la vuelta, con nuevos propósitos y metas para mejorar en el día a día. Una de las ideas recurrentes es cómo afrontar el trabajo sin que se coma la mayor parte de tus horas activas ni  inunde tu tiempo libre, tan necesario para cargar pilas y poder afrontar los retos tanto personales como profesionales. En un estudio reciente que publicaba la revista Time, de las 45 horas semanales que se trabajan de media, los trabajadores consideran improductivas 17 horas.

Diversos autores han profundizado en esta cuestión y estas han sido las premisas a las que han llegado:

. No por dedicar más horas a tu trabajo eres más productivo. Generalmente es al revés, ya que la capacidad mental y el interés agotan su energía al cabo de unas pocas horas y necesitan volver a cargarse con un tiempo de descanso.

. Una cierta cantidad de estrés es positiva, te ayuda a llegar hasta el límite de tu zona de confort, estar alerta y superarte. Demasiado estrés es muy negativo para tu cuerpo y para tu mente, que se colapsan y empiezan a tener ineficiencias y efectos secundarios, al no poder procesar y organizar toda la carga que les estás mandando.

. Empleamos en hacer una tarea todo el tiempo que tengamos para ello, aunque siendo eficientes podríamos tenerla resuelta en mucho menos tiempo. Por eso, si tienes 15 días para entregar un informe, utilizarás 12 para abrumarte de documentación, masticar información e ideas hasta dejarlas inservibles y solo 3 días para preparar el informe y entregarlo a tiempo. Marc Fisher lo explica con esta frase en su libro ‘El millonario perezoso’ : “Todo trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para su ejecución” .

Tim Ferriss, autor de ‘La semana de 4 horas’, nos propone los pilares básicos para ser dueño de tu tiempo y no malgastarlo en horas improductivas delante del ordenador, mientras la vida está pasando fuera:

  1. Definir qué quieres hacer
  2. Eliminar el trabajo que no sirve para nada
  3. Automatizar o delegar las tareas cotidianas
  4. Disfrutar del tiempo libre

Algunos consejos para conseguir sacar el máximo jugo a tu tiempo de trabajo, reducir el número de horas que dedicas a tu labor profesional, no solo no mermando, sino mejorando su calidad y eficiencia:

. Empieza el día con calma. No corras al ordenador nada más levantarte a consultar tu correo electrónico porque seguro traerá alguna cuestión que te agobie o no te agrade. Permítete desayunar tranquilo, disfrutar de unos minutos de ocio (oyendo la radio, haciendo algo de gimnasia o charlando con tu hijo).

. Haz a primera hora las tareas pendientes que menos te apetece hacer o temes no poder hacer bien. Es cuando el cerebro está más fresco y la concentración funciona mejor.

. Cada día por la noche haz una pequeña lista de prioridades para el día siguiente. No incluyas todo lo que tienes que hacer sino las dos o tres cosas inaplazables para ese día.

. Ponte pequeños descansos o placeres a lo largo de tu jornada laboral. Son oxígeno para que tu cuerpo y tu mente desconecten, cambien de actividad y se refresquen para seguir adelante. Un café con los compañeros, unos minutos de estiramiento de músculos o una llamada de teléfono personal pueden ser una pausa reparadora.

. Elimina esas miles de pequeñas tareas con las que todos llenamos nuestro tiempo de trabajo, pero que no son imprescindibles. No releas cien veces lo que has escrito, con una revisión cargada de atención es suficiente. No llames cuatro veces a lo largo de la mañana a tu pareja para preguntar pequeñas cosas domésticas, te saca totalmente de tu atención y puedes hablarlo al llegar a casa. No estés consultando compulsivamente whatsapp, correo, redes sociales, son grandes ladrones de tiempo, disciplínate y dedícales un tiempo acotado: unos minutos por la mañana y por la noche es más que suficiente.