Este dato desmonta la idea de que los depósitos, pagarés o acciones tienen más ventajas fiscales que los fondos de inversión. Una idea que, según mostraba el último estudio del Observatorio Inverco, tiene nada menos que el 70% de los partícipes de fondos. La realidad es bien distinta, como ponen de manifiesto los últimos datos hechos públicos por Deloite. Los expertos de la consultora han hecho un ejercicio de cálculo que concluye que un inversor puede ahorrarse en una década hasta 1.700 euros por cada 10.000 euros invertidos, con una rentabilidad del 4% anual, si recurre a fondos en vez de invertir de forma directa en acciones u otros productos.

Los datos demuestran que el inversor obtendría el mayor rendimiento después de impuestos invirtiendo en fondos, superando en cerca de 150 euros el rendimiento del bono y en casi 1.700 euros el de la renta variable. Esto supone un atractivo adicional para los fondos como vehículo de inversión, que se añade a la posibilidad que ya poseen los partícipes de cambiar de fondo de inversión sin tributar.