Publicado en ‘La Información’.

Apple vivió hace justo un año su jornada más dulce desde que salió a bolsa, allá por diciembre de 1980. El 19 de septiembre de 2012 ha quedado grabado en la historia de la compañía: ese día sus acciones alcanzaron 702,1 dólares al cierre de la sesión. Un precio que jamás había alcanzado y que sueña con volver a tocar.

Desde el punto de vista de la inversión, la empresa de Cupertino tiene otro defecto: sus márgenes se están reduciendo.

“Este ratio (el margen) mide el dinero que una empresa gana por los productos que vende y es uno de los mejores indicativos de que un negocio se está estancando. Las compañías en crecimiento tienen un margen elevado y no es el caso de Apple. Ha apostado más por un plan conservador de recomprar acciones y aumentar el dividendo que paga a los accionistas (les devolverá unos 100.000 millones hasta 2015), pero los gestores no compramos una acción por eso, sino por el negocio de la empresa que representa”, confiesa David Navarro, gestor de renta variable de Inversis Banco.

En cuanto a los resultados publicados por la compañía se descubre que entre abril y junio su margen bruto se situó en el 36,9%, frente al 42,8% de 2012. Por si fuera poco, su facturación prácticamente se estancó: ingresó 35.300 millones, apenas 300 millones más que un año antes.

Apple se está haciendo mayor. Tiene mucha más competencia con la que luchar y sus productos ya no son tan brillantes. Si algo tenía antes era que te atrapaba, pero ya se empieza a extender la creencia de que a los consumidores no les merece la pena cambiar su iPhone por una versión más moderna. No son tantos los cambios como para que se demanden los productos más recientes”, opina Navarro.

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