Ya les sugerí en su día que el concepto del PIB es un disparate y un insulto al intelecto. Si tengo razón, entonces otros conceptos como el de Deuda sobre PIB son, igualmente, otro disparate.

¿Por qué afirmo que el PIB es un disparate, igual que la Deuda sobre PIB?

Partiendo de la creencia establecida por el alto prelado de la doctrina Keynesiana (y su profeta Keynes, la prosperidad y la felicidad, al parecer, pueden generarse a partir de la acción del Estado y la forma escogida para medir esa felicidad es el PIB (su medida central, que combina el valor de las transacciones voluntarias realizadas por el sector privado, añadidos al gasto y la intervención realizados desde el Estado).

Convendrán conmigo si afirmo que esta intervención del Estado se alimenta o bien de impuestos o bien de deuda. ¿Quiere alguien explicarme ahora en que parte de esa “felicidad” (PIB) se computa el daño infringido en el balance nacional como consecuencia de esa deuda? En ningún lado. El daño que nace de la acción del Estado (gasto) para aumentar la felicidad en un determinado ejercicio fiscal no se registra en las cuentas nacionales de ese año en curso, si no que se traslada a ejercicios futuros. Es como si estuviéramos comprando felicidad a crédito, pero en realidad, y como suele pasar con las cosas compradas a crédito, no es nuestra. Por ello digo que el PIB es un insulto al intelecto, pues no considera ese daño, y por supuesto no debiera ser usado como medida de progreso (o noción de felicidad), ni tampoco como medida de respaldo.

Les dejo, pues, con otra medida (preferible) para medir el peso de la deuda pública. La deuda por persona. Y para que acaben teniendo una perspectiva de 360º, les dejo también la evolución de la renta disponible per cápita.

Un emparejamiento curioso : Deuda per cápita vs Renta disponible per cápita. ¿No tiene más sentido?

Ya me contarán a qué conclusiones llegan

Saludos cordiales

Álex Fusté

Economista jefe