(un político hablando sobre las medidas tomadas relativas a la reforma laboral) “Traen confusión y desconfianza a la sociedad española; decisiones que ponen el foco sobre el despido y su abaratamiento en un momento en el que necesitamos trasladar confianza y seguridad a millones de personas que sienten amenazado su puesto de trabajo.”

Trivia quiz: ¿a qué político atribuimos las anteriores declaraciones? La respuesta al final del post.

Hoy vivimos en un país con 11 millones de personas en riesgo de exclusión social, un país en el que en 1,5 millones de hogares, ninguno de sus miembros trabaja. Seguro que entre los 5,2 millones de parados habrá alguno que no quiera trabajar y prefiera vivir de la subvención; pero sería ruin hacer de la excepción la regla. Me parece que todos queremos trabajar. Si creemos al presidente de la CEOE y otros prohombres del mundo empresarial decir que despedir no es el objetivo de un empresario (¡y le creo!); entonces por ser consecuentes, habremos de decir que no es objetivo del trabajador vivir de la sopa boba de papá Estado. Trabajar es lo natural; ser un parado es lo indeseable.

Desde un punto de vista social, estas cuestiones deberían de preocuparnos. No todos podemos dar o proporcionar trabajo, pero debemos de sentir la necesidad de ayudar a este grupo de conciudadanos a alejarse del riesgo de exclusión antes mencionado. El desempleo constituye una intensa forma de suspensión vital que deja en el aire las relaciones personales más cercanas. Además, a largo plazo se enquista. Daña la autoconfianza y dignidad de quien está en esta situación. Y si quieren verlo en términos utilitaristas, es muy costoso. Hoy cerca del 10% de los Presupuestos Generales del Estado se destina a dar soporte a los desempleados. Es la tercera partida en importancia del Presupuesto tras Pensiones y Transferencias a las CC AA. Está claro que como ciudadanos, a través de nuestros impuestos, prestamos un apoyo pecuniario que es exigible y deseable.  Debemos de preocuparnos por este tema. Una sociedad en la que hay 17 millones de trabajadores y otros 5 millones de parados es insoportable. Crecimiento y creación de puestos de trabajo debe ser nuestro objetivo como país. No en vano, la proporción adecuada empleados-desempleados (en métrica germánica) sería de más de 20 millones de trabajadores y de menos de 2 de parados. ¡Eso en el peor momento del ciclo! En buenos momentos (pleno empleo en sentido técnico), debería de ser 21 millones de empleados y 1 de parados. El trabajo nos hará libres. Lógicamente, no en el sentido cínico y repulsivo de Auschwitz. Si hay una receta para salir de esto, pasa por el crecimiento.

Y en éstas llega la reforma…, ¿y qué me parece? No lo sé… Parece ser que está muy en la línea de la normativa del resto de nuestros socios Europeos. Da los pasos que se nos exigieron en mayo de 2010 y que de forma tibia e incompleta se dieron en la anterior legislatura. Su vocación de permanencia y simplificación, la convierten en una reforma con mayor intención estructural que otras. Pero,… no creo que cree trabajo. Sí dota posiblemente a nuestro cuerpo de normas laborales de un campo de juego análogo al de nuestros vecinos. Sin embargo, constituye un recorte sobre el statu quo de los trabajadores. ¿Era necesario? Les dejo alguna reflexión. Durante el boom económico que alcanzó su punto álgido en 2007, la economía española alcanzó niveles de empleo (y desempleo) no vistos antes. La maquinaria española creaba empleo de forma frenética. Pero, con dos taras o marcas de la casa: la temporalidad excesiva y el hecho de que nuestro “pleno empleo” empíricamente parece quedar más cerca del 8%, que del 4% que se preconiza para otras economías de nuestro entorno. ¿Recuerdan lo difícil que era contratar a alguien? ¿Y del lado de quién estaba el poder de negociar las condiciones de trabajo? Estas dos taras son algunas de las cuestiones que hay que solucionar. Pero no nos equivoquemos. España, con las “leyes del franquismo”, sabía crear empleo.

Ah! Claro. Entonces la pregunta es ¿por qué hemos permitido, cuando no fomentado, un modelo económico basado en actividades que crean un empleo efímero, que se presta a la actividad no regulada (mercado negro), que depende de la abundancia de crédito y no del conocimiento? España debería querer ser Apple. Crear un modelo productivo de largo plazo basado en las personas, su educación, la gestión del conocimiento y la creación de ventajas competitivas duraderas es impepinable. ¿Qué tenemos a cambio? El enésimo modelo educativo. Preu, EGB-BUP-COU, ESO-bachillerato (I), ESO-bachillerato (II),…werts, gabilondos, aguirres, cabreras, del-castillos, caveros, rajoys, rubalcabas, mayores, maravalles, saavedras,… Gracias.

Así que la reforma se salda con una derrota para el statu quo de los trabajadores. Abarata el despido. No digo si ese statu quo previo era bueno, malo, mejorable o exagerado. Pero es un hecho que a corto plazo algunos, los trabajadores por cuenta ajena, hemos perdido puntos de apoyo. Señor Rosell, por favor, demuestre ahora, que los empresarios no quieren despedir a nadie.

La reforma también me deja otra imagen: la de Luis de Guindos susurrando al oído de Olli Rehn (Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios). Lejos del bucólico idilio entre Robert Redford y Kristin Scott Thomas en El hombre que susurraba a los caballos, la situación es algo más inquietante. Primero, la duda; ¿es un posado robado? Porque a nuestro ministro no le debió de pasar inadvertida la presencia de la cámara. Segundo, una constatación; tenemos un ministro que habla inglés y se dirige a sus colegas de manera fluida. Un primer paso para que te hagan caso es que te entiendan. Recordemos a Campa. Tercero, Olli Rehn parece que es un confesor escuchando los pecados de algún feligrés descarriado.

En fin, que puede que la sopa primordial laboral dé o no como resultado vida en el mercado de trabajo. O que finalmente sea como el contenido de un sobre de Avecrem…, es decir, algo menos “histórico”. Veremos. El tema del empleo es un tema que debe tener un enfoque ético. Y en este sentido como indica Aristóteles: la ética desemboca en la política. Nunca más que ahora los políticos son tan importantes. El hombre no en vano, es un animal político (zoon politikon).

Repuesta al Trivia Quiz: la palabras con las que iniciaba el post son del Actual Ministro de Hacienda y AA PP, cuando hace unos meses en la oposición calificó la tibia reforma (reformita) de ZP. ¿Sorprendidos? Es que dentro del Reino Animal se puede escoger qué animal ser…

Por ejemplo, la empresa de Urdangarín, Aizoon. Etimológicamente puede ser que el nombre de la empresa responda a la doble raíz aei (del griego, que significaría siempre o permanente) y zoon (también del griego, vida, viviente, animal?). Permítanme ser malo: podría decir que Aizoon se creó con el sentido de siempre vivo. Y vivo en el sentido de la sexta acepción del diccionario de la RAE (6. adj. Listo, que aprovecha las circunstancias y sabe actuar en beneficio propio.). Pero, no soy tan malo…¿Por qué a algunos siempre nos toca Avecrem y a otros Bullabesa (Bouillabaisse)?