“El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha dicho hoy que espera que el planteamiento de una amnistía fiscal para los que no pagan impuestos sea la última ocurrencia del Gobierno y ha asegurado que no la apoyarán después de lo que se ha hecho a los pensionistas, a los funcionarios y con 4,5 millones de parados”

Estas declaraciones (¡qué mala es la hemeroteca!) me bastan para saber que junto al que probablemente fuera un mal gobierno para la gestión de una crisis aguda; en la oposición a una oposición con regusto a cierto cinismo. Quizá a unas mentes volubles. Y ahora junto al “nuevo gobierno” y su cinismo tenemos, como diría Pedro Muñoz Seca, una oposición menguada, capitidisminuida. En los votos y en lo moral. Estos dos partidos mayoritarios y el coro de palmeros y corifeos políticos de otros tantos colores son quienes ahora o en el pasado han autorizado amnistías fiscales: es decir, el perdón para quienes no cumplen con la sociedad; el perdón para los embaucadores.

Aceptar un mal menor (perdonar a tramposos) para conseguir grandes objetivos (recaudar dinero) representa un tipo de elección al que probablemente todos nos hayamos tenido que enfrentar. Las bondades y parabienes del fin de orden superior se ponen al servicio del mundo de la excusa para cometer una falta, cuando no una violación en toda regla de principios básicos de convivencia. Y aceptar que ocurra debería cuando menos provocar el sonrojo y la petición formal de disculpas. Lo que no es aceptable es el trágala, la rueda de molino acercándose a la boca de la inane sociedad en que vivimos. Y que al que proteste que encima se le acuse de “revanchista” o de “no saber nada de finanzas” o…

Que las amnistías fiscales generan todo tipo de dudas morales es una cosa que me queda clara. Al menos a mí. Pero, ¿recaudan? Si son buenas o malas en términos de recaudación tiene que ser algo fácil de explicar, ¿no? La literatura financiera ofrece múltiples papeles explicativos sobre este extremo. Simplemente les dejo las conclusiones de uno de Luitel (Universidad St Cloud, MN, EE UU) y Sobel (West Virginia University, WV, EE UU), que hace un estudio sobre las amnistías fiscales sucesivas y sus efectos de largo plazo. Su campo de trabajo es EE UU y las repetidas amnistías (hasta tres en algunos casos) que se han llevado a cabo. Su conclusión casi podría haberla predicho hasta yo: cada nueva amnistía fiscal tiende a recaudar menos que la anterior; cada nueva amnistía magnifica las pérdidas fiscales asociadas a los desincentivos para el cumplimiento fiscal a largo plazo.

1984 (Boyer), 1991 (Solchaga), 2012 (Montoro) me señalan que existe un probabilidad elevada de que esto vuelva a ocurrir… Ser o no ser (defraudador), ¡esa es la cuestión! ¿Qué es más elevado para el espíritu sufrir o rebelarse? A ver…, ¿cómo era? Mmmmm, ¡ah! Que si te has reído en la cara de quienes sí pagan, aunque haya sido durante muchos años, ahora puedes acudir a tu asesor fiscal del despacho Ruipérez de la Retranca y Cantimpalos del Vientofresco y decirle que te lo pase a “A”. ¡Jodó! Y cuando te diga que gracias a que los “profesionales” (¿de la extorsión?) han mejorado la redacción de la norma de forma que no vas a pagar el 10%, sino que en promedio pagarás el 2% o 3%, ¿qué vas a hacer? Si fuera maleducado diría “desconojonarme”. Pero creo que es más adecuado esbozar una mueca como de fastidio para que el que mira los toros desde la barrera no se sienta muy mal.

Y como digo: volverá a ocurrir. Tengo que estar preparado. Lo primero la lista de cosas que he defraudado. A ver…, no pagué el IVA del toldo, acepté un pago en efectivo por una consulta técnica, la reparación de la caldera (esa sí que fue gorda)… h¿qué mas? Eeeeeeeh… ¡Sí! Compré en el top manta las películas Misión Imposible, Misión Imposible II y el Making-off de Ben-Hur.

Otra vez España en la cuneta

Por favor, que al menos hagan algo con ese dinero que resulte útil. Que laven sus pecados con acciones que tengan verdadero impacto y trascendencia social. He visto que lo recaudado es un fracaso: 1.200 mill. de €. Poco no es. Por ejemplo, nos puede valer para pagar la cláusula de Ronaldo y mandarlo al Reino Unido. Total tampoco paga muchos más impuestos que usted o que yo. O podríamos dedicar el 10% de ese importe a pagar alquileres sociales para todas las viviendas desocupadas en empresas municipales de la vivienda y asimilables. ¿Se lo imaginan? 1.200 mill. de € dan para una buena acción. Dependiendo de las hipótesis que quieran asumir podríamos irnos hasta el equivalente a los 22.000 alquileres por tres años donde el Gobierno abonaría ese dinero a las “empresas públicas” y el inquilino (desahuciados, desprotegidos, desamparados sociales,…) nada. Sé que he sido un poco demagógico pero les dejo algunos ejemplos de que no tanto:

  • Los partidos políticos recibirán este año subvenciones por 54,4 mill. de € (después de haberse recortado esta partida más de un 60% sobre 2012).
  • El Villareal CF  ha renunciado a los 5 mill de € que recibe del erario público. Como este club, la mayoría de los clubes profesionales llevan años recibiendo dinero. Panem et circenses.
  • El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación ha subvencionado con cerca de 900.000 euros las actividades en el área de cooperación de las fundaciones de los partidos políticos (FAES e IDEAS las acaparan). ¡Toma esa!
  • En el Niemeyer de Avilés han “desaparecido” 1,8 mill. de € de dinero público. ¡Olé!

Pago impuestos porque creo en que vertebran una sociedad, porque la hacen menos desigual, pero ver estas cosas me revuelve el estómago. Prefiero escuchar a Pablo Guerrero. A Cántaros.

«Tú y yo muchacha estamos hechos de nubes pero ¿quién nos ata? Dame la mano y vamos a sentarnos bajo cualquier estatua que es tiempo de vivir y de soñar y de creer que tiene que llover a cántaros. Estamos amasados con libertad, muchacha, pero ¿quién nos ata? Ten tu barro dispuesto, elegido tu sitio preparada tu marcha. Hay que doler de la vida hasta creer que tiene que llover a cántaros. Ellos seguirán dormidos en sus cuentas corrientes de seguridad. Planearán vender la vida y la muerte y la paz. ¿Le pongo diez metros, en cómodos plazos, de felicidad? Pero tú y yo sabemos que hay señales que anuncian que la siesta se acaba y que una lluvia fuerte sin bioenzimas, claro, limpiará nuestra casa. Hay que doler de la vida hasta creer
que tiene que llover a cántaros».

¿Demasiado “rojete”? No se preocupen, para compensar me voy a la Plaza Mayor a comprar un gorro de Calamardo-Noel y a tomar unos churros. Total, ya me he tragado cosas peores.

Firmado: El inversor indignado