Publicado en El País

La pregunta del millón es cómo cotizará el mercado el rescate de España. La mejor respuesta a esa cuestión, después de analizar con varios expertos la posible reacción de los inversores, quizás sea la declaración que hizo el primer ministro británico, Winston Churchill, tras la victoria en la batalla de El Alamein: «Este no es el final, no es siquiera el principio del final. Puede ser, más bien, el final del principio».

Los mercados descuentan expectativas y en las últimas sesiones los inversores empezaron a cotizar en el precio de los activos españoles una posible inyección de dinero exterior al Estado para que este se lo preste a los bancos. Así, la pasada fue la mejor semana del año para la Bolsa con una subida del 8%, mientras que la prima de riesgo —diferencial entre la rentabilidad extra exigida a la deuda pública en relación con los bonos alemanes, considerados como los más seguros— se relajó algo y cerró en 488 puntos básicos tras haber tocado días antes su máximo histórico (538 puntos). Los expertos creen que en las próximas sesiones continuará esta tendencia, aunque tampoco prevén el inicio de un mercado alcista.

«El anuncio del rescate no va a ser la panacea, pero sí crea un sostén. La montaña rusa probablemente seguirá, aunque el pesimismo entre los inversores ha podido llegar ya a su punto máximo», según Juan Luis García Alejo, director de análisis y gestión de Inversis Banco. Este experto cree que la prima de riesgo, sin llegar a estabilizarse, volverá a niveles más normales. «Se puede descartar ver al bono español a 10 años por encima del 7% en el mercado secundario. Sin embargo, tampoco veo factible que el diferencial con el bono alemán caiga de pronto por debajo de los 400 puntos básicos por mucho que el tipo de interés del préstamo sea del 3%». En cuanto a la Bolsa, García Alejo, lo tiene algo más claro: está barata. «Eso no significa una señal automática de compra, pero sí crea un sostén para el Ibex».

La mejoría que han experimentado las acciones y los bonos españoles en las últimas sesiones se debe al cierre de posiciones cortas. Los inversores que habían apostado por la caída de la Bolsa y de la deuda, viendo que las posibilidades del rescate crecían, decidieron cerrar sus apuestas bajistas. Es decir, tuvieron que recomprar en el mercado los títulos que previamente habían vendido para devolvérselos a los prestamistas, provocando un efecto rebote. Lo que el mercado necesita para generar una tendencia alcista a largo plazo es que vuelvan los inversores tradicionales (grandes fondos de inversión y de pensiones).

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