La crisis ha puesto el punto de mira en la necesidad de hacer pedagogía económica. No se trata de que todos los ciudadanos conozcan al detalle los multiplicadores macroeconómicos o los análisis bursátiles, pero sí que tengan nociones financieras, contables, fiscales o jurídicas de lo que les afecta. Porque una hipoteca, la rentabilidad del ahorro, o la tributación de IRPF o IVA para autónomos son cuestiones que afectan a casi todo el mundo. Y por eso hay programas para aumentar la cultura financiera y económica, como finanzasparatodos.es, del Banco de España y la CNMV, o Eafichannel, sobre asesoramiento financiero.

El consumidor suele estudiar la oferta para elegir el mejor producto posible de acuerdo a sus necesidades y preferencias, y también según su bolsillo. Sin embargo, no había la misma predisposición, por ejemplo, para rentabilizar el ahorro e invertir. No existía una búsqueda de información para encontrar la forma más óptima de equilibrar el riesgo asumido y la rentabilidad esperada. De hecho, según algunos asesores financieros, algunos inversores ni siquiera conocen su perfil cuando se deciden a invertir porque no se les ha estudiado, y su aversión al riesgo acaba siendo distinta a la que creían.

La crisis ha traído dos consecuencias claras para el asesoramiento financiero: una pérdida de confianza hacia el sistema bancario tradicional por una parte, y un aumento de la exigencia del ahorrador. En España, la confianza del inversor se desplomó en 2009, y tras una leve recuperación al año siguiente, como muchos otros indicadores vuelve al nivel del primer trimestre de 2009. Algunos productos bancarios vendidos a sus clientes, como acciones convertibles, han dinamitado la confianza del potencial inversor en la banca tradicional.

Independencia

Esto ha provocado que surjan nuevas figuras dedicadas a asesorar. Entidades sin productos propios, que sólo son intermediarios, o empresas de asesoramiento financiero independiente (EAFI). Esta figura se incorporó a la regulación de la CNMV en 2008. Muchos agentes de bolsa, intermediarios, gestores de banca privada, etc, se adhirieron a esta fórmula y cambiaron de figura. Ya hay 90 EAFI en España. El 62% está satisfecho con el cambio, según una encuesta de Funds People.

El porcentaje, sin embargo, no es abrumador. Y es que la cultura financiera en España parece estar cambiando, pero muy lentamente. Los bancos, cajas o compañías de seguros aún acaparan el 90% del asesoramiento. No obstante, ni siquiera un tercio de los inversores está satisfecho con éste, según un estudio de la consultora PWC. En otros países, con un asesoramiento financiero independiente muy arraigado desde hace décadas, la estadística es prácticamente al revés.

Las EAFI exponen que su principal valor añadido es la independencia, que a su vez es el requisito que exige la CNMV para constituirse como tal. Si quien asesora, a la vez vende productos financieros, como ocurre con los bancos, se da un conflicto de intereses. En vez de ofrecer el mejor producto financiero de acuerdo a un perfil, que puede ser de la competencia, al ser parte interesada intentarán colocar los productos propios. Y esto ha sucedido con, por ejemplo, las preferentes. Un producto que se puso de moda entre bancos y cajas de ahorro, vendiéndolo a sus clientes. La crisis redujo su valor drásticamente, para sorpresa de los tenedores. Varias entidades decidieron dar al cliente la opción de canjearlas por acciones para reducir su pérdida y malestar. Sin embargo, aún quedan en circulación preferentes por valor de 11.308 millones de euros en manos de particulares, y su futuro no está claro.

Cifras de avance

Los expertos creen que el camino iniciado hacia el asesoramiento ajeno a la banca tradicional es imparable. Al cierre de 2011, las EAFI ya asesoraban un patrimonio total de 17.206 millones de euros mediante 3.789 contratos, según datos de la CNMV recogidos por Funds People. La mayor parte de contratos, 3.099, son con clientes minoristas con valor menor de 600.000 euros. Aunque el montante más elevado del patrimonio gestionado, 13.918 millones de euros, procede de clientes profesionales con contratos de cuantías de más de tres millones de euros.

Por su labor, las EAFI habían ingresado a 31 de diciembre 29,7 millones de euros por comisiones. 24,8 millones eran comisiones a clientes. El resto son comisiones a entidades u otros ingresos. Las EAFI defienden que el inversor debe comprender que el asesoramiento independiente supone un valor añadido, y éste no puede ser gratuito. ¿Pagaría usted por mejorar la inversión de sus ahorros a través de un asesoramiento financiero independiente?

Eafichannel