La suspensión de la cotización de un valor es una sanción o medida cautelar de carácter temporal dictada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Su finalidad es proteger a los inversores en momentos en los que un valor está sujeto a circunstancias que alteran el desarrollo normal de sus operaciones en el mercado.

La suspensión se produce cuando surgen rumores sin confirmar que afectan de lleno al valor y a su negociación. También cuando una sociedad incumple su deber de informar al mercado o bien cuando se presenta y aprueba una OPA o una OPV sobre valores cotizados.

No hay que confundirlo con una exclusión, ya que este concepto va más encaminado a una medida definitiva, es decir, ese valor suspendido de la cotización no volvería a cotizar en el mercado. En cambio, la suspensión es una decisión de carácter temporal. La empresa que lo padece sigue formando parte del mercado de valores, aunque éstos no puedan negociarse durante el período que establezca en cada caso la Comisión, que no suele tener una larga duración, ya que pueden afectar, en mayor o menor grado, al inversor.

La sociedad con la cotización suspendida sigue formando parte del mercado, por lo que tendrá que hacer frente a sus correspondientes obligaciones ante las autoridades bursátiles y sus accionistas.