¿Qué esperar de la Reserva Federal esta semana? No es momento de más medidas, como en el caso del BCE y sí de seguir atentos al forward guidance, una vez conocida la revisión estratégica. En ésta última, la FED puso de manifiesto una mayor tolerancia en relación con el objetivo de inflación (2% de media) permitiendo que se superara de forma moderada y no permanente. En este sentido, últimas cifras de IPC ligeramente por encima de lo previsto (1,3% YoY la tasa general y 1,7% la subyacente).

 

Y entre la FED y el BCE, el eurodólar. Atentos a los flujos, con posiciones no comerciales en euros en máximos históricos: mercado mayoritariamente largo de euros. La estabilidad en los tipos a corto plazo a ambos lados del Atlántico debería llevar a pocos cambios en los diferenciales de tipos: ni la FED ni el BCE tienen prisa alguna por subir tipos. ¿Y las elecciones americanas, afectarían? Encuestas a la fecha que seguirían dando la victoria a Biden, sin que sea de forma clara, dentro de un proceso electoral que se antoja volátil. El impacto neto medio ponderado del resultado electoral considerando los diversos factores (fiscales, comerciales…) podría ser próximo a la neutralidad.
Resistencia en el 1,20 y recomendación que mantenemos.

Por otra parte,  una visión macro algo menos negativa para Europa y sin “intervención verbal” en relación con la divisa sería el resumen de la reunión del BCE. Tiempo ahora de matices, como los de Lane, el Economista Jefe, que al día siguiente vino a endurecer el tono, apuntando a la falta de margen para la complacencia y a que más estímulo monetario podría necesitarse.

Cuadro macro actualizado: con la esperada revisión en positivo del retroceso del PIB de 2020 y ajustes menores en las cifras de 2021 y 2022, y mayor sorpresa en las estimaciones de inflación. BCE que mejora la estimación de IPC de 2021 y la tasa subyacente de la de 2022. Previsiones de precios que no implican así problemas desde el punto de vista deflacionista y sí apuntan a una vuelta progresiva a niveles próximos a la estimaciones pre-COVID. De hecho Lagarde vino a reconocer que los riesgos de deflación se habían mitigado.

 ¿Más medidas a la vista? Dos frases clave: “es muy probable que se emplee la totalidad del programa PEPP” y “no se ha debatido la ampliación del programa actual”. Una de cal y una de arena: aunque las previsiones macro han mejorado ligeramente la plena utilización de lo anunciado es el escenario central, perdiendo vigor la postura proclive a que fuera un techo, no un objetivo. Consenso que sí espera más de cara a diciembre (+350.000 mill. €), con la cita intermedia de octubre para poder actualizar, si cabe, la decisión del BCE.

 

Tipo de cambio como pregunta recurrente: la respuesta clásica de Presidente del BCE “tema debatido pero sin ser una variable para la que el BCE marque un objetivo, aunque lo vigilarán de cerca ya que afecta a la inflación”. Más allá, la alusión a la divisa sí es novedad en el comunicado del BCE (no presente en el de julio con el eurodólar a 1,14), pero el tono ligeramente menos “dovish” desde la macro+ la falta de expectativas (aún) de más medidas no llevan a pensar en una corrección inmediata del € desde el BCE. Consejo que, según Reuters, valoró cómo referirse a la fortaleza del euro pero “no esta dispuesto a iniciar una guerra de divisas”…  Revisión estratégica en marcha: informada más que influida por la de la FED y con algunos tópicos enumerados por Lagarde entre los que ha subrayado su entusiasmo por el del “cambio climático”.