Mi padre me decía siempre: “Si vas a cometer un error, que sea uno nuevo”. Este consejo, de cumplimiento casi obligado, fue ignorado el viernes pasado por quien les escribe, que de forma osada firmó  una nota hablando de las posibilidades de tener ya ‘arreglado’ el tema del Brexit para el sábado. Hoy es lunes 21 de octubre, y la cuestión del Brexit aún no ha sido ‘arreglada’. Parece, entonces, que me equivoqué; algo que no me angustiaría si no fuera por el hecho de que el error no era nuevo (recuerdo que en enero, cuando Theresa May sometió a votación su plan de salida, les invité a menospreciar el riesgo de un Brexit duro; sin embargo esa posibilidad persistió). No lo sé, tal vez la propia simplicidad del asunto nos conduce al error, como diría Poe.

El autobús del Brexit hizo otra parada, reza intencionadamente el título de esta nota, ya que el Parlamento británico decidió retrasar la votación sobre el acuerdo Johnson-UE para el Brexit hasta que la propuesta de Brexit venga acompañada de un texto legislativo. Una especie de condición previa, lo que no quiere decir que el Parlamento haya rechazado  el acuerdo del Brexit. De ahí la metáfora de la parada de bus. Un autobús que, finalmente, llegará a su destino, que no debe ser otro que el de una salida acordada.

Tal impase, no obstante,  obliga por ley  a que Johnson deba pedir un nuevo aplazamiento de la fecha del Brexit, aunque puede que no sea necesario pues, por lo que tengo entendido, el texto legislativo podría estar aprobado esta misma semana. Lo que me inquieta un poco es que la táctica de retrasar la votación dé más tiempo al Parlamento para introducir nuevas enmiendas al acuerdo (aunque parece difícil que sean aprobadas enmiendas adicionales después de la sesión del sábado), o incluso pedir que le acompañe un referéndum confirmatorio, una posibilidad que ya la semana pasada adelantamos.

¿Qué dicen desde la Unión Europea? Los líderes políticos de la UE parecen no desesperar y contemplan la opción de extender la fecha de salida y así dar tiempo para incluir esa enmienda: que el texto legislativo acompañe el acuerdo del Brexit, y el acuerdo de salida finalmente pueda ser votado y aprobado por el Parlamento británico. El presidente de los líderes europeos, Donald Tusk, ha confirmado que ha recibido la petición de extender la fecha de salida. Dicha petición fue enviada por Boris Johnson, pero no la firmó. En realidad Johnson envió tres cartas a Tusk. La primera diciendo que el Reino Unido se veía obligado por la ley Benn Act a pedir una extensión de la fecha de salida. La segunda carta era el texto de la propia ley Benn Act.  Y la tercera, explicando que Johnson se mostraba totalmente contrario a pedir la extensión, y que era el Parlamento británico quien lo exigió. Desde la UE, el primer ministro finlandés Antti Rinne, quien ostenta la presidencia rotativa dela UE, ha dicho que la UE será sensible a acordar un tercer aplazamiento para poder implementar el acuerdo alcanzado la semana pasada. “La UE quiere evitar un Brexit desordenado”. El ministro de finanzas alemán también apuntó declaraciones tranquilizadoras, afirmando que “si un aplazamiento es necesario, no tendremos ningún problema con eso”.

¿Cómo acabará esto? Basándonos en la votación del sábado, pareciera que el resultado más probable es que el plan acordado entre Johnson y la UE sea finalmente aprobado cuando vuelva al Parlamento. Algo que me dicen podría ocurrir esta misma seman, si bien digo esto sometido a un gran dolor por estar cruzando en estos momentos mis 20 dedos. El escenario final que planteamos sigue siendo constructivo para los mercados europeos y británicos, especialmente para la libra.

Mi percepción es que lo visto este fin de semana confirmaría que el No-deal Brexit (o Hard-Brexit) está fuera de la mesa. Es una percepción.

Saludos cordiales

Álex Fusté

Economista jefe de Andbank