Se acerca la noche de Reyes y un año más, llegan las dudas sobre qué regalo ilusionará más. ¿Aún no has encontrado la inspiración? No te preocupes, desde el Observatorio Inversis te damos algunas ideas relacionadas con la gastronomía. ¡Admitimos sugerencias!

Oro comestible

No. No nos referimos a un anillo de compromiso en la copa de champán que se ingesta por error. Este oro se come de verdad. Si aquél a quien te toca regalar tiene un paladar exigente, sorpréndele con esta materia prima tan codiciada convertida en una delicatesen para nuestros platos. Puedes comprarlo en copos o láminas. De acuerdo a regulaciones europeas, no hay un límite de cuánto oro es seguro ingerir, ya que se trata de un metal inerte sin efectos secundarios que en 24 horas abandona el organismo.

Sales

Hablemos también de las sales de mesa, en concreto de las gourmet, que pueden mostrarse en forma de escamas, flores y cristales de colores rojizos, grisáceos… Estos son algunos ejemplos:

Sal de Hawái Roja: Color terracota y con un toque a avellana tostada. Potencia el sabor de los platos y aporta frescura y originalidad. Además, cuenta con efectos beneficiosos para la salud gracias a su alto contenido en minerales.

– Sal de Guérande, conocida como el caviar de las sales. Con un color grisáceo, se trata de una sal que condimenta bien y protege los alimentos de la deshidratación. Perfecta para hornear carne y pescado.

– Sal Maldon, una variedad de unas salinas del condado de Essex, en Inglaterra. Con forma de escamas, es perfecta para sazonar carnes o pescados a la brasa y, por ejemplo, para potenciar el sabor de un tomate.

– Sal de vino, para cuya fabricación son necesarios 500 litros de vino por cada 10.000 tarros de 90 gramos de sal.

¿Se atreverán los afortunados a aderezar sus comidas con estas sales?

Cursos para los más cocinillas 

Cada vez se ofrecen más cursos de cocina para los amantes de este arte. Los hay de todos los gustos, desde las cocinas más tradicionales hasta las últimas modas traídas de lugares recónditos. Elaboración de pasta, de sushi, de los típicos platos de la familia y de exquisitos postres a los que añadir tanto oro comestible como algunos tipos de sales.

Convierte a aquél a quien regalas en un auténtico chef. Su paladar lo agradecerá… ¡y también el tuyo! 😉