El interés es el precio que se paga por conseguir dinero durante un periodo de tiempo. El tipo de interés es, por tanto, el interés que corresponde a un capital. Se expresa en tanto por ciento sobre el importe de ese capital o principal y se refiere a un periodo de tiempo determinado.

La T.A.E. (tasa anual equivalente) es un indicador que, en forma de tanto por cierto anual, revela el coste o rendimiento efectivo de un producto financiero, ya que incluye el interés y los gastos y comisiones bancarias. Se diferencia del tipo de interés en que éste no recoge ni los gastos ni las comisiones; solo la compensación que recibe el propietario del dinero por cederlo temporalmente. Para calcular la tasa se acude al tipo de interés compuesto y a la hipótesis de que los intereses obtenidos se vuelven a invertir al mismo tipo de interés. Permite comparar distintos productos u opciones de inversión, con independencia de sus condiciones particulares.

Así, antes de contratar un préstamo el indicador clave es la Tasa Anual Equivalente. Una vez que dispongamos de ese préstamo, debemos acudir a otro indicador, el Coste Efectivo Remanente (C.E.R.), para comparar con otras ofertas del mercado. El C.E.R representa el coste efectivo correspondiente al tiempo que nos queda para la amortización o devolución total del préstamo.

El Euríbor es el índice más utilizado como referencia para calcular la revisión de los tipos de interés variable en los préstamos hipotecarios. Es el resultado de la media de los tipos aplicados en operaciones de depósito de euros por las 50 entidades más activas del mercado interbancario europeo. Se publica para varias fechas de vencimiento, pero el que se utiliza como índice de referencia oficial es el Euríbor a un año.