Es tiempo de vacaciones y, para menos de los que quisieran, de volar. La crisis económica ha desacelerado el tráfico aéreo, y en lo que respecta a los aeropuertos españoles, éstos no levantan el vuelo. Una coyuntura propiciada, en gran parte, por la situación económica en la que nos encontramos y que el Observatorio de Inversis no ha dejado de lado analizando la evolución en años desde 2.008 y destacando aquellos aeropuertos que se han visto más afectados.

Tanto es así que, a golpe de vista, los datos claman por sí solos. Desde 2.008, año en que estalló la burbuja y, con ello, la crisis dio la cara, hasta 2.012, la evolución arroja porcentajes interanuales negativos, salvo en 2.010 y 2.011. Una tendencia general a la baja, que se deja notar, sobre todo, en los aeropuertos más pequeños, pero de la que tampoco se libran los más grandes. El dato positivo lo encontramos en que, a pesar de lo dicho, los datos totales de 2.012 confirman que, si bien no levantan el vuelo, al menos, «planean» manteniendo totales importantes como es el caso de los 45,1 millones de pasajeros en vuelos comerciales de Madrid-Barajas, los 35,1 de Barcelona-El Prat o los 22,6 de Palma de Mallorca.

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