Vivir en un mundo sumergido de lleno en las nuevas tecnologías no siempre está exento de inconvenientes. A los ya tradicionales dolores de espalda y cuello por malas posturas delante del ordenador, la vista cansada o irritada, jaquecas, hormigueo en los dedos y a las posibles tendinitis, se unen ahora diversos síndromes relacionados todos ellos con la vida 2.0.

Desde el Observatorio de Inversis hacemos un repaso a algunas de estas dolencias, incluyendo las más sorprendentes, entre las que destacan fobias que, por raro que parezca, están tan extendidas que ya cuentan hasta con nombre propio. ¿Te identificas con alguna?

La ciberadicción

¿Existe realmente la ciberadicción? Los expertos no se ponen de acuerdo. Lo que está claro es que cada día pasamos más horas conectados, ya sea por motivos personales como profesionales. Lo mejor para evitar posibles trastornos es, como siempre, optar por un uso moderado.

Nomofobia: miedo a no llevar el teléfono móvil encima

¿Quién no ha vuelto tras sus pies para recuperar el móvil que se había dejado olvidado? La relación con nuestros teléfonos móviles se estrecha día a día hasta tal punto que hay quienes no pueden soportar estar separados de su teléfono móvil. Hablamos de la nomofobia, y según un estudio realizado por psicólogos del grupo USP Hospitales, el 53% de los usuarios de móviles la padece. ¿Cómo evitar caer en esta dependencia? Una opción puede ser esforzarse por apagar el móvil a la hora de dormir.

El síndrome del dedo pulgar

Este síndrome se basa en el uso excesivo del dedo pulgar al utilizar el smartphone. El tendón se inflama y dificulta la movilidad, pudiendo hacerla incluso dolorosa. Las recomendaciones pasan por hacer pausas durante la escritura de textos largos, realizar estiramientos de los dedos, apoyar los brazos sobre una superficie al escribir y mantener una posición natural de la muñeca.

La vibración fantasma

El nombre de «Síndrome de la vibración fantasma» se lo debemos a un grupo de neurólogos de varias universidades norteamericanas. Se centraron en estudiar la sensación que tienen muchas personas, que creen que su móvil ha vibrado y rápidamente comprueban quién les ha llamado o enviado un mensaje de cualquier tipo, para después darse cuenta de que era una falsa alarma. Este síndrome es común en personas que están habituadas a recibir notificaciones en sus dispositivos móviles de forma continuada.