El relevo generacional es un problema de primera magnitud para la empresa familiar española; solo el 40% llega a la segunda generación, y el 15% a la tercera. En muchas ocasiones, los hijos no están interesados en continuar con el negocio. En otros muchos casos de éxito, la figura del padre pesa tanto que es difícil encontrarle sustituto. La economía española cuenta con casos emblemáticos, como el de Emilio Botín, Amancio Ortega o Juan Roig.

Emilio Botín, presidente del Banco Santander, ha dejado atrás, hace más de una década, la edad habitual de jubilación. Y este es, según apuntaba Financial Times este año en un reportaje especial sobre el banquero, uno de los mayores riesgos que se ciernen sobre la entidad: la falta de un sucesor claro. La única opción para que el control de la dinastía perdure es que su hija, Ana Patricia, sustituya a don Emilio. La incertidumbre para el Santander viene, según el prestigioso diario británico, en primer lugar, porque Emilio Botín no parece que quiera jubilarse y, en segundo, porque hay sectores dentro del banco que plantean ciertas dudas sobre la capacidad de la hija del banquero para llevar a buen puerto el buque insignia de la banca española.

Ana Patricia lleva ligada al negocio financiero desde 1988. Se graduó en economía en Filadelfia y realizó un Posgrado de Administración de Negocios en Harvard. Después de trabajar unos años en JP Morgan en Estados Unidos, se incorporó al Grupo Santander, donde ha sido presidenta de Banesto y dirige actualmente la filial del Santander en el Reino Unido.

Amancio Ortega, el fundador de Inditex, es otra de las figuras con halo mítico en el tejido empresarial español, tanto por los beneficios que cosecha su empresa como porque ha sabido lograr que sus marcas se extiendan como la pólvora por los cinco continentes. El hecho de que posea una de las mayores fortunas del mundo, como refleja la lista de Forbes año a año, y el perfil bajo que suele mantener el dueño de Zara ante los medios, con los que se relaciona en escasísimas ocasiones, contribuye a engrosar ese imagen de empresario de raza, discreto y hecho a sí mismo, capaz de convertir una pequeña empresa en uno de los grandes valedores de la marca España fuera de nuestras fronteras, y cuyo modelo empresarial se estudia como ejemplo en las escuelas de negocios. Los expertos consideran importante saber quién va a coger el relevo de la mayor empresa familiar que cotiza en bolsa. Podría ser la hija del millonario, Marta, o su primer ejecutivo, Pablo Isla.

La joven se licenció en Empresariales en A Coruña y realizó un posgrado en la  European Business School de Londres. Continuó su formación profesional en Barcelona y Shangai para prepararse como máxima ejecutiva del gigante textil. Por el momento, es vicepresidenta de las dos sociedades patrimoniales, Gartler y Partler, propietarias de Inditex.

Entre los padres difícilmente sustituibles por lo personalista de su figura en la empresa y por lo que han conseguido en su negocio se encuentra el presidente de Mercadona, Juan Roig. Al empresario valenciano, uno de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes, le faltan apenas un par de años para cumplir los 65 y aún no ha hecho público quién podría sucederle. Quizá una de sus cuatro hijas se enfrente al reto de sustituir al hombre visionario que convirtió un pequeño grupo de tiendas de ultramarinos en la mayor cadena de supermercados de España.