¿Conservador o arriesgado? Es la pregunta que todo inversor debería responder antes de planificar su cartera de inversión. La respuesta no siempre resulta sencilla porque depende de las condiciones propias del mercado y, sobre todo, parte de un componente subjetivo: ¿cuál es el nivel de riesgo que cada inversor está dispuesto a asumir?

Las entidades financieras suelen incluir en sus recomendaciones de inversión una descripción del perfil que mejor encaja con cada una de ellas. En esta infografía, Inversis Banco trata de ofrecerte las claves para que definas por ti mismo tu perfil inversor.

Normalmente, se identifican tres tipos de perfiles: conservador, moderado o arriesgado. Los tres están relacionados con el riesgo que el inversor está dispuesto a asumir y el rendimiento que espera obtener. En general, cuanto mayor sea la rentabilidad esperada, mayor será el riesgo asumido.

Este punto de partida es fundamental a la hora de diversificar una cartera de productos financieros. Pero no el único. El inversor debe analizar cuál es su punto de partida en cuanto a ingresos, gastos y deudas. También el plazo de tiempo que se da para alcanza una determinada rentabilidad. Y, por supuesto, ser consciente desde el inicio si necesita o no asesoramiento externo, ya que el mercado evoluciona rápido y los productos son más complejos.