A diferencia de las divisas tradicionales, el Bitcoin es una moneda virtual, descentralizada -por no estar controlada por ningún Estado, banco, institución financiera o empresa- e independiente de todo Estado. En el año 2009 se empezó a hablar de las características de esta «posible» nueva divisa, alentadas por su autor, del que aún solo se conoce su seudónimo: Satoshi Nakamoto.

El nombre de Bitcoin también se aplica al software libre diseñado por el mismo autor, para la gestión de dicha moneda, y a la red P2P (peer to peer) que lo sustenta.

Bitcoin fue diseñado como una nueva forma de dinero, basándose en la idea de que el propio dinero es un objeto o cualquier tipo de registro aceptado para el pago de bienes y servicios o para el reembolso de una deuda.

Esta divisa virtual usa la criptografía para controlar su creación. El sistema Bitcoin está programado para generar un número fijo de bitcoins por unidad de tiempo a través de unos ordenadores llamados miners. En la actualidad, ese número está fijado en 25 bitcoins cada diez minutos, una producción que continuará hasta 2140, cuando alcancen el tope de 21 millones de unidades en circulación.

Se pueden cambiar bitcoins a euros u otras divisas y viceversa, como con cualquier otra moneda, y no es necesario revelar la identidad al hacer las transacciones, sino que los pagos se asocian a una dirección concreta. Esto último explica que se hable específicamente en Estados Unidos de establecer idénticas medidas de control a las que ya aplica el país sobre las divisas tradicionales para prevenir el blanqueo de capitales en las transacciones con bitcoin.