LTRO es el acrónimo de Long-term Refinancing Operation, que se podría traducir al español como Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo.

Los Bancos Centrales ponen a disposición de sus sistemas crediticios un paquete de facilidades para evitar la caída monetaria y las restricciones de liquidez que acompañan a los procesos recesivos. Esta creación de dinero tiene dos objetivos fundamentales: prestar capital a las entidades financieras con condiciones muy favorables en operaciones llamadas subastas de liquidez y, segundo, comprar títulos de deuda tanto pública como privada en el mercado secundario.

Principalmente, existen dos modelos de expansión monetaria de la banca central. Uno, el que ha seguido la FED o el Banco de Japón, que han puesto en marcha compras masivas de deuda pública y privada para lanzar liquidez al sistema a través de sus programas de Quantitative Easing (QE). El otro, el LTRO, es el que ha seguido el Banco Central Europeo, que inició este método en diciembre de 2011.

Objetivo del LTRO

A través de los LTRO, el BCE presta a largo plazo a un tipo de interés del 1% y con una duración de tres años. El objetivo es sustituir de manera temporal el mercado interbancario (préstamo de dinero entre bancos) y evitar el colapso del sistema bancario europeo, ya que la banca europea tenía dificultades para financiarse en los mercados.

Estas operaciones forman parte de las medidas oficiales del BCE no convencionales y se ofrecen en situaciones de emergencias tales como la crisis financiera que afectó a los bancos europeos a finales de 2011. No en vano, la primera de las dos operaciones LTRO puestas en marcha por el BCE fue en diciembre de 2011, la cual se saldó con un importe de 489.190 millones de euros. La segunda fue en febrero de 2012, con 529.530 millones de euros. Ambas operaciones supusieron cerca de un billón de euros.

Diferencias entre la QE y el LTRO

La QE es una compra directa y masiva de bonos públicos y privados en mercado secundario mientras que los LTROs son préstamos a los bancos y que éstos pueden utilizar como quieran. En el caso del BCE, el dinero de sus dos operaciones de este tipo se ha destinado al saneamiento de las cajas de los bancos y para su recapitalización.