El modo risk on se refiere a una percepción generalizada de riesgo bajo en los mercados financieros. Esta percepción la provocan patrones económicos globales y suele ir unida a una tendencia alcista en los mercados. La impresión de bajo riesgo se generaliza a numerosos activos financieros, y las consecuencias más comunes suelen estar vinculadas a la subida de las bolsas y a una mayor inversión en activos de riesgo.

El modo risk off es exactamente lo contrario. En este caso, la percepción del riesgo es alta y hace huir a los inversores. Éstos se plantean entonces la venta de activos de mayor riesgo para pasar a situaciones de más liquidez o menos arriesgadas, como es el caso de los bonos del Tesoro. El risk-off puede resultar peligroso al alentar a unas ventas masivas de instrumentos financieros, lo que derivaría en una importante caída de las bolsas.

La tendencia «risk on/risk off» empezó a cobrar gran importancia en los orígenes de la crisis financiera, con la caída de Lehman Brothers en 2008. Se convirtió así en una principal característica de los mercados financieros, haciendo que múltiples activos se orienten en conjunto en la misma dirección, en ocasiones en modo risk-on y otras desencadenando un risk-off.

En este sentido, el banco HSBC ha creado el HSBC RORO Index, un índice que estudia este fenómeno analizando la intensidad de la correlación que existe entre los distintos activos financieros.