La economía de Estados Unidos ha vivido un año especialmente tenso, marcado por la crisis de deuda, el desempleo y los problemas de la Casa Blanca para pactar un programa de ajustes que disipe las dudas que también acechan a su Administración. Pero en medio de esta tormenta, ha vuelto a rugir el apetito de consumo de los americanos para insuflar un poco de aire fresco a la economía.

El pistoletazo de la campaña comercial de estas navidades, conocido como Black Friday, ha dejado cifras de récord: 52.400 millones de dólares en un fin de semana, lo que supone un 16,4% más que en 2010, según datos de la Federación Nacional Minorista. Los tres días que siguen al jueves de Acción de Gracias movilizaron a 226 millones compradores. O lo que es lo mismo, un torrente de consumidores que suma a la población de España, Alemania, Francia, Portugal y Grecia juntas.

En una economía donde dos tercios del PIB depende del consumo de los hogares, el estado de ánimo de los americanos durante la campaña de Navidad suele tomarse como un indicador avanzado de la marcha de la actividad en los próximos meses. En este sentido, parece que otros indicadores acompañan los buenos resultados del Black Friday. Por tercer mes consecutivo, el indice de confianza que elabora la Universidad de Michigan mejoró, hasta los 67,7 puntos, su nivel más alto desde junio. La leve mejora del mercado laboral está detrás de este repunte del optimismo en los hogares, según los investigadores de Michigan.

Si el gasto privado de estos tres días se pasa a la moneda única europea, 39.271 millones de euros, el resultado es que los americanos gastaron más en el Black Friday que lo que tiene previsto ingresar el Estado español por IVA e Impuesto Especiales este año (36.142 millones). O que tres días de consumo de los hogares en Estados Unidos equivalen a toda la producción de la industria española en el tercer trimestre de este año, que fue de 38.068 millones según el INE.

Dejando las comparaciones a un lado, hay una tendencia que hay que seguir de cerca: el 37,8% del gasto en el Black Friday se realizó a través de compras online. En total, 28,7 millones de personas compraron en Internet durante ese fin de semana, frente a los 22 de un año antes. Este auge del comercio electrónico se constató en el Cyber Monday (lunes siguiente al Black Friday que aprovechan las tiendas online para prolongar los descuentos y ofertas), con un incremento del 22% de las ventas (1.215 millones de euros).