Apúntense bien esta fecha: viernes 28 de septiembre. En este día la consultora Oliver Wyman finalizará las pruebas de estrés que ha elaborado de forma individualizada a las entidades financieras españolas. Aquí comenzará un maratón de citas que se enmarcan en el calendario de la recapitalización y la reestructuración del sistema financiero español. Veamos cuáles son las etapas más destacadas de esta nueva reforma financiera, la tercera en el Gobierno de Mariano Rajoy y la quinta desde que comenzó la crisis.

Esta última hoja de ruta se basa en las condiciones impuestas desde el Memorando de Entendimiento que firmó el Gobierno español con Bruselas el 20 de julio para recibir una asistencia de hasta 100.000 millones de euros. Su destino son las entidades financieras con problemas, pero antes habrá que saber cuál es su estado de salud a través de las pruebas de estrés de Wyman.

Una vez finalizadas dichas pruebas, elaboradas de forma individualizada a todas las entidades, sabremos qué necesidades tiene cada una de ellas. Eso sí, no confundamos los datos que arrojen los test con el apoyo público a cada banco, ya que se deberá aplicar las reducciones vinculadas a tres razones fundamentales: 1. la enajenación de activos al «banco malo», 2. la asunción de pérdidas por parte de los tenedores de la deuda y 3. la captación de capital a través de manos privadas. El mes de septiembre no concluirá sin antes haber constituido la Sociedad de Gestión de Activos (SGA o banco malo), y haber decidido qué activos serán transferidos y a qué precio.

Y llegará octubre, mes en el que las entidades que suspendan las pruebas de estrés, que no puedan incrementar el capital necesario por sus propios medios y necesiten ayudas estatales (Grupo 2), presentarán en Bruselas sus planes de reestructuración. Aquí también incluirán la segregación de los activos al «banco malo» y según sus cuentas podrán reestructurarse o incluso liquidarse a final de año.

La Comisión Europea aprobará en noviembre los planes de reestructuración o -si fuera el caso- de liquidación de las entidades del «Grupo 1», esto es, de las entidades ya nacionalizadas (controladas por el FROB).

El mes fuerte lo copa diciembre. En la primera semana se pondrá en marcha la Sociedad de Gestión de Activos. Posteriormente, las entidades que suspendan las pruebas pero tengan planes de reestructuración que no contemplen o necesiten de ayudas públicas para lograrlo (Grupo 3), podrán optar por ampliar capital por el 2% o más de los activos ponderados por riesgo, con la exigencia de admitir bonos convertibles (CoCos). El FROB los suscribirá, y las entidades podrán recomprarlos si obtienen la financiación privada. Si no lo han conseguido en junio de 2013, serán recapitalizadas por el Fondo de Reestructuración mediante la conversión total o parcial en acciones.

Si la ampliación de capital fuese menor de ese 2%, tendrán hasta junio de 2013 para desarrollarla.

Lo que no está claro es la fecha en la que se hará efectiva la recepción del dinero del rescate bancario para los grupos 1 y 2. Habrá que esperar a que Bruselas apruebe los planes y los fondos de rescate de la Zona Euro, el EFSF o ESM (en función de cuál de los dos esté operativo) y verifiquen que se cumplen los requisitos. El fondo en cuestión transferirá al FROB los bonos correspondientes para ser inyectados a cambio de acciones o bonos convertibles de la entidad ayudada. Y por fin llegarán a meta, donde ya les esperan las entidades del grupo 0, las que no necesitan ni capital ni exigencias adicionales.