Los rols que podemos encontrar en un nicho de emprendimiento al estilo Silicon Valley pueden llegar a ser tan diversos como personas hay dentro de él. Hablamos de una diversidad con la que necesitas familiarizarte a la hora de hacer relaciones profesionales, pero también personales. No olvidemos que detrás de cada emprendedor hay una persona que tiene vida más allá de la empresa – o no-. Repasemos los prototipos del emprendedor.

El worker anónimo

Su start up es su vida. Es un trabajador incansable y pendiente de su proyecto 24 horas. En su escala de prioridades, la familia o el ocio no tienen lugar como primer escalafón. Si acaso por el segundo, o tal vez, por el tercero. Lo que es seguro, es que el primero estará ocupado única y exclusivamente por su proyecto profesional y de vida.

El box

Acostumbrado al clásico “ordeno y mando” porque su trayectoria profesional se ha limitado al ejercicio por cuenta ajena, el trabajo horizontal con este tipo de emprendedor resulta, cuanto menos, complicado. Una situación que no se ve ayudada por el hecho de que la mayoría de las veces este rol ha contado con una networking que le ha ayudado a conseguir los fondos suficientes como para no tener que preocuparse en exceso por el dinero en la fase inicial. Más que emprendedor, dadas las circunstancias, se considera empresario y su perfil es similar al del gerente.

El contable minucioso

Vive obsesionado con la creencia de que lo más importante en un negocio es mantener en equilibrio la balanza de ingresos y gastos. Una garantía de supervivencia empresarial que choca de lleno con la innovación y la creatividad por el riesgo que ello entraña en sí mismo. Traducción: este tipo de emprendedor deja en segundo plano la iniciativa y la inspiración que todo equipo necesita para avanzar. Una premisa que puede llegar a hacer que un buen emprendedor haga perder el espíritu que incentive la definitiva puesta en marcha y consolidación de cualquier start up.

El que piensa en verde

No pretende ganar dinero con su empresa, sino evolucionar hacia un mundo mejor con ella. En este tipo de emprendedores, el liderazgo suele ser pareja de baile titular, lo que le acaba proporcionando un gran número de fans y un equipo fiel en la superficie. Una tarea, sin duda, complicada para traducir este éxito en crecimiento empresarial.

El insaciable

Más que un puesto de trabajo que le llene a uno las 8 horas propias de la jornada laboral diaria, para este tipo de emprendedor su start up es su estilo de vida; la prolongación no humana de su mente. Sin embargo, esta producción constante de ideas al estilo “start up”, le suele apartar de la eficiencia a largo plazo, pues una vez creada, su cabeza ya está pensando en una nueva, lo que repercute negativamente en la sostenibilidad de la primera. Un cuasi visionario con aspiraciones a hacer, pero que, él mismo, puede llegar a lapidar.

Pero como nada en la vida es blanco o negro, en la mezcla de habilidades está la virtud. Y tú, ¿qué características de unos y otros emprendedores compartes?