En tiempos de crisis, muchos inversores apuestan por mermar su rentabilidad esperada a cambio de sufrir menos riesgos. Por eso, invierten en activos refugio. Se trata de activos que los inversores consideran que están libres de riesgo.

Durante esta crisis, los metales preciosos y la deuda soberana de algunas economías se han erigido como los principales activos refugio. En el primer caso, destaca el oro. Acumula 11 años consecutivos de subidas. El alza ha sido tan importante que muchos se preguntan si nos encontramos ante un activo refugio o una burbuja.

Otros metales preciosos como la plata, el paladio, el platino, etc, también han experimentado incrementos en sus cotizaciones muy importantes. La plata se multiplicó por más del doble en dos años desde 2009, y por tres el paladio. Siguen la estela del oro, aunque en algunos momentos amplifican sus movimientos.

Deuda soberana

Con la crisis de deuda iniciada en 2010, y las rentabilidades disparadas de los países de la periferia, muchos inversores han apostado por huir de estos países (Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia…) para asumir menos riesgo. Tanto es así, que la deuda emitida por algunos países se ha convertido en activo refugio. Incluso ha habido emisiones con tipos de interés negativos. Alemania, Francia o Estados Unidos son algunos ejemplos en este sentido.