En época de vacaciones, la pregunta clave es qué hacer con mis merecidos días de descanso. Desde el Observatorio de Inversis, te proponemos la alternativa al típico combo “sol y playa” para sumergirte de lleno en el arte de asfalto a golpe de museos. Desde lo efímero de lo vivo a lo eterno de la pintura, escultura y fotografía.

Dalí y el impresionismo de Pissarro

Aunque por miles se cuentan las riadas de personas que cada día visitan la muestra artística de Dalí, concentrada en más de 200 piezas, y, sin duda, lugar de peregrinación artístico obligatorio con fecha de caducidad el 2 de septiembre –Reina Sofía-, no menos imprescindible es la visita al homenaje del reconocido padre del impresionismo y cofundador de la modernidad. En una muestra de 79 obras, el museo Thyssen –el 15 de octubre viajará al CaixaForum de Barcelona– realiza un recorrido cronológico por su humilde y, a la vez, colosal trayectoria artística.

Un paseo por la Barcelona urbana (1.947-1.985)

El Museo de Historia de Barcelona, MUHBA, acoge desde el pasado 31 de julio y hasta el 30 de septiembre la exposición fotográfica “Periferias urbanas, donde la ciudad perdía el nombre. Barcelona, 1947-1985”, sobre la construcción de la imagen urbana de la ciudad. El retrato de la Barcelona del crecimiento bajo el franquismo y la posterior democracia es la tarea de un grupo de fotógrafos, muchos de ellos muy jóvenes que, armados con su cámara, construyeron, entre todos, la mirada sobre la Barcelona de los barrios periféricos, una ciudad demasiado a menudo al margen del relato oficial.

El arte vivo de Valencia, ahora también por dentro

Harto es sabido que el mayor acuario de Europa se encuentra dentro de las lindes fronterizas españolas. Valencia acoge la representación de los principales ecosistemas marinos, bajo el nombre Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, aglutinando a más de 45.000 ejemplares de 500 especies diferentes. Datos que hacen de este lugar una cita ineludible. No sólo por lo que se ve, sino también por lo que hasta ahora no se veía. Visitar la zona de cuarentena, la cocina de peces y el sistema de almacenamiento y tratamiento de agua hoy ya es una realidad que te permitirá conocer cómo se combinan las diferentes áreas implicadas a la hora de recrear las condiciones ambientales propias de cada ecosistema.

Más allá del Guggenheim

No podríamos despedirnos de Bilbao, sin haber hecho un alto cultural en el camino. Sin lugar a dudas, su máxima representación artística es el Guggenheim. Pero, más allá de recomendar la efímera exposición –hasta el 8 de septiembre- “L’Art en Guerre. Francia, 1.938-1.947: De Picasso a Dubuffet”, queremos detenernos en un centro que, aunque menos conocido por aquel que no es del lugar, estamos convencidos que el arte brota de sus longevas columnas como lo hace por la moderna arquitectura del Guggenheim: El Círculo de Bellas Artes de Bilbao. Estos días, y hasta el 15 de septiembre, acoge la muestra de Francisco Durrio (1.868-1.940), “Sobre las huellas de Gauguin”. Un personaje clave dentro del arte de la primera mitad del siglo XX, tanto por la originalidad de su obra (escultura, orfebrería y cerámica) como por el papel difusor de las novedades artísticas del París de fin de siglo que ejerció entre la abundante colonia que formaban, principalmente, pintores vascos como Ignacio ZuloagaFrancisco Iturrino y Juan de Echevarría, entre otros.