Tras la sorpresa de septiembre, cierta decepción en octubre. Hoy era el día esperado para definir qué, cómo y cuánto iba a comprar el BCE en ABS y covered bonds, y sólo ha dado una respuesta parcial.

·         Comenzando por el “detalle” de los ABS/covered bonds: plan sólo presentado en alguna de sus líneas por Draghi, dejando los detalles para la nota publicada al término de la rueda de prensa… Lo fundamental, el tamaño del programa, no aparece reflejado: gran sorpresa, ¿decepción? Según Draghi, el tamaño final dependerá de las TLTROs. Intención de no “atarse las manos”, con el inconveniente de corto plazo de que la claridad en la comunicación, el impacto, es menor. Sí sabemos, y es positivo, el enfoque relativamente amplio: que el BCE comprará en primarios y secundarios, que se incluyen también activos griegos y chipriotas aunque con límites y condiciones diferenciadas frente al resto de compras de activos de los Estados miembros; y que se comprará no más de un 70% de cada emisión (o 30% en el caso de emisiones griegas o chipriotas). En el caso de los ABS del tramo mezzanine, sólo se comprarán los que tengan garantía. Lo esperado, el “sabor europeo” del programa de compras: que las emisiones sean en euros, de entidades financieras europeas y depositadas en Europa. En cuanto al plazo, 2 años, a comenzar desde mediados de este mes.

·         Ningún comentario (ni pregunta…) sobre el QE, sólo se ha reiterado la voluntad unánime de tomar nuevas medidas no convencionales si fuera necesario.

·         Sobre las expectativas de precios, sin decir que no están ancladas, sigue reconociendo que se han deteriorado aunque espera que mejoren gradualmente en 2015, 2016. En cuanto al crecimiento, el “dibujo” conocido: empeoramiento del momento macro y encuestas consistentes con un crecimiento bajo.

·         ¿Novedades sobre el papel de la política fiscal? Quizás una vuelta de tuerca más sobre lo comentado en Jackson Hole y la reunión de septiembre: “los países que tienen margen fiscal deberían de usarlo”. A buen entendedor…

De corto plazo, freno para el movimiento depreciatorio del euro. Para la renta variable se queda corto: el impacto “en comunicación” que habría tenido contar con un importe, siquiera aproximado, de partida superaría a los “positivos” de inmediatez del plan y enfoque relativamente amplio.

 Marian Fernández

Responsable de Estrategia de Inversis Banco