La final de los 100 metros masculinos ha sido uno de los momentos más emocionantes de los Juegos Olímpicos de Londres. Usain Bolt conquistó su segunda medalla de oro consecutiva en 100 metros y el público enloqueció con esta nueva proeza del jamaicano. Jornadas como la de este domingo son las que ponen en valor a las Olimpiadas, unos de los eventos deportivos y culturales más importantes del mundo. Dani Caverzaschi, es uno de esos miles de espectadores que vibran con Bolt y compañía, ya que pronto será uno de los pocos elegidos en pisar suelo olímpico. Está cada vez más cerca de viajar a Londres y su entusiasmo no para de crecer. Dani nos cuenta con sus propias palabras, cómo se siente a menos de mes de viajar a Londres.

“Todavía no me lo creo, ¡me voy a unos Juegos! Hace menos de una semana, al no poder verla en directo por estar en la cena de gala de un torneo en Bélgica, vi repetida la ceremonia de apertura de los Juegos de Londres. No sé que os pareció a vosotros, pero a mí me pareció fascinante. No porque la ceremonia en sí haya sido bonita y bien hecha (que lo fue – fue una pasada en mi opinión), pero sobre todo por lo que sentí en ese momento. Es como que los pelos de repente se me pusieron como escarpias, y así aguantaron durante las tres horas y pico que duró esa fiesta que vimos por la tele. Me emocioné al ver esa maravilla; al imaginarme que, dentro de menos de un mes (el 29 de agosto para ser exactos), voy a ser yo el que esté desfilando en el espectacular Olympic Park con mi traje representando a mi país, escuchando el ruido de miles de personas, y millones viéndolo desde sus casas.

Y voy a ser yo el que esté por la villa olímpica con esa ropa chillona que tanta polémica ha despertado en España, que por cierto, cuando la vi por segunda vez, no me pareció tan fea – ¡os digo incluso que me gustó!.

Voy a ser yo el que esté luchando por llegar lo más lejos posible en mi deporte. Voy a ser yo el que esté viviendo una experiencia que todo deportista del mundo anhela. ¡Voy a ser yo la persona más orgullosa del mundo!»