Publicado en Cotizalia.

La crisis vivida por las divisas de los principales países emergentes se ha convertido en el primer gran escollo para los mercados en el nuevo año. La debilidad de estas economías ha ido quedando en evidencia a lo largo del último año y siempre al calor de los anuncios de rebajas de estímulos monetarios por parte de la Reserva Federal (Fed). A medida que la institución, hasta la semana pasada presidida por Ben Bernanke, daba una nueva vuelta de tuerca al tapering (reducción de compras de deuda) hacía mella poco a poco en las economías emergentes. El resultado del cierre del grifo monetario (la semana pasada se redujo en otros 10.000 millones mensuales), unida a la crisis de las divisas, se plasma en salidas de dinero de los fondos emergentes de 11.400 millones de dólares… y todo ello en un solo mes. Según datos de Morgan Stanley, esta cifra representa casi la mitad -concretamente, un 44%- de los 26.700 millones de dólares que salieron en todo el año pasado.

Eduardo Antón, analista de fondos y ETF de Inversis Banco, apunta que «en el corto plazo, los mercados emergentes y, sobre todo, sus divisas son muy dependientes de los flujos extranjeros, los fundamentales pasan a un segundo plano y el efecto contagio se extiende a todas las economías durante un escenario de sell-off. Mientras los flujos no comiencen a dar una señal de vuelta, nuestra recomendación es mantenernos alejados de las economías emergentes porque, en una relación volatilidad – rentabilidad, preferimos las economías desarrolladas por el componente volatilidad».

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