Con las miradas puestas en los acuerdos de la cumbre del G8, como en el relativo a impulsar un ‘plan de transparencia’ para paraísos fiscales, comprobamos que se quedan muchos temas en el tintero, entre ellos lo que supone la expansión del Big Data como herramienta de creación de empleo mundial.

Inmersos en plena sociedad del siglo XXI, los datos que generamos como personas individuales, empresas o instituciones llegan muchas veces a desbordarnos. En este sentido aparece el Big Data. Hablamos de este concepto cuando nos referimos a conjuntos de datos que no pueden ser capturados, almacenados ni analizados con el software y la infraestructura tradicionales. Administrar tal cantidad de datos, ya no solo por su volumen, sino por su variedad y velocidad de creación, se ha convertido en una necesidad acuciante. Plantarle cara a esta nueva realidad está estrechamente ligado a la mejora de la competitividad y la gestión empresarial y, en definitiva, también al empleo.

Según un informe de la consultora Gartner, se estima que en 2014 los sistemas de Big Data crearán alrededor de 5 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, de los cuales 1,2 millones estarían en la Europa Occidental.Si nos fijamos en las cifras de beneficios, se prevé que para 2017 el mercado mundial de este sector tecnológico consiga 500.000 millones de dólares.

Las grandes expectativas puestas en la creación de empleo gracias al Big Data llevan a cuestionarse qué tipo de perfil se necesita para dominar esta materia. En este sentido, Carlos Martínez, asesor de empresas del Ibex 35 y Director en Dirección de Sistemas de Información y Tecnología Empresarial del IMF Business School,reconoce abiertamente que se requieren especialistas en análisis de datos que conviertan las preferencias y hábitos de consumo en información útil.

Por el momento, muchas compañías ya trabajan para ponerse al día en estas cuestiones y enfrentarse así al que ya se ha convertido en uno de los desafíos tecnológicos de la década: el Big Data.