Los últimos datos publicados por Inverco muestran la buena salud de la que goza la industria de fondos de inversión, con un patrimonio neto que supera los 253.000 millones de euros, cifras que se sitúan ya en los niveles previos al comienzo de la crisis en 2007.

Esta preferencia hacia los fondos de inversión por parte de los inversores españoles es atribuible a varios factores; el más importante es la ventaja fiscal que poseen, ya que un fondo no tributa hasta que no se produce la venta, pudiendo hacer traspasos entre fondos sin que se tribute, lo cual contribuye a gestionar los ahorros en el largo plazo de forma más eficiente desde un punto de vista fiscal.

Hay otro argumento de peso que está empujando al alza la industria de fondos de inversión y es que los productos que históricamente fueron la estrella de los inversores más conservadores,  los depósitos (inversiones sencillas, sin riesgo y con jugosas rentabilidades) han perdido atractivo en los últimos años, dado que han dejado de ofrecer las altas rentabilidades de antaño, presionados por el actual entorno de bajos tipos de interés.

Por todo ello, a día de hoy los fondos de inversión se configuran como el producto estrella para que los inversores canalicen sus ahorros. Y, en opinión de Francisco Javier Velasco, analista de fondos de Andbank España, lo seguirán siendo: «esperamos que continúe este crecimiento de patrimonio gestionado en fondos; el inversor cada vez se informa más, no acepta lo que le ofrecen en el banco sin cuestionárselo ni buscar alternativas, y los fondos están dando mejores rendimientos que los depósitos».

La pregunta ahora es ¿qué puede hacer la industria de fondos de inversión para fidelizar a los partícipes que han llegado al mundo de los fondos como alternativa a unos depósitos que poco les pueden ofrecer? Los expertos creen que la respuesta está en realizar un esfuerzo de educación financiera para que el inversor particular se acerque sin miedo a los fondos de inversión, y el asesoramiento profesional que ayude al inversor a ubicarse ante una amplísima oferta de productos donde puede sentirse perdido.

Velasco subraya el importante papel de la información y la transparencia: «el mundo de las tecnologías y las redes sociales hace que cada vez los inversores conozcan más productos financieros y demanden información sobre ellos. Es importante que intentamos hacer un esfuerzo pedagógico para responder a esa demanda de información. Las entidades, más aún con la nueva normativa, hacen hincapié en una mayor transparencia en formación y educación de productos, en base a perfil de riesgo y perfil de idoneidad de cada inversor».

La confianza se convierte, en este entorno, en un factor fundamental, como señala este experto: «los particulares no están aún completamente familiarizados con los fondos de inversión, tal vez por temor a lo desconocido; prefieren tener su dinero en un depósito aunque no les rente. Ahí entra el papel del asesor financiero que le genere confianza conociendo el riesgo que desea asumir y sus objetivos financieros. El asesoramiento profesional es necesario para que el inversor se ubique perfectamente en lo que quiere invertir».