FC Barcelona y Real Madrid en semifinales de Champions y otros tres equipos españoles en las de la Europa League. Cinco equipos nacionales entre los ocho semifinalistas de las dos competiciones continentales. Un éxito absoluto, en un país donde el deporte parece vivir un camino diferente. El fútbol se ha convertido en una burbuja financiera. No está claro si una burbuja en el sentido más económico, que puede estallar en cualquier momento, o una burbuja en el sentido semántico más cotidiano, al vivir ajeno al Mundo. Es un negocio de espectacular y creciente volumen en todos sus ámbitos. Desde clubes que cotizan en bolsa como si fueran un banco o una constructora hasta fondos de inversión cuyos activos en cartera son jugadores.

Empezando por lo último, en el fútbol cada vez son más protagonistas inversores independientes de los clubes o fondos de inversión. Hasta hace unos años, eran prácticas muy focalizadas en pocos ejemplos y estaban en el punto de mira de las autoridades futbolísticas (FIFA, UEFA, etc). Sin embargo, ahora se ha popularizado. El modus operandi es casi como todos aquellos fondos cuya rentabilidad se basa en el encarecimiento de sus activos. En este caso, se hacen parcial o totalmente con los derechos de jugadores, los activos de su cartera. Esto les cuesta dinero. Después, si el mercado decide, o más bien un club decide, que el jugador vale una nueva suma de dinero mayor al cabo del tiempo, el jugador (activo) se habrá revalorizado y el fondo de inversión ganará dinero. Imaginemos un delantero de 16 años de Brasil. El fondo le ofrece 3 millones de dólares por el 80% de sus derechos (el otro 20% pertenecerá al jugador). El jugador y la familia aceptan encantados, y a los 18, un nuevo club se fija en él. Como el jugador tiene el 20% de sus derechos, querrá que le vendan para llevarse una quinta parte del traspaso. Si el nuevo club paga 50 millones, el fondo de inversión habrá ganado 37 millones de dólares (el 80% de 40 menos 3) y el jugador 10 millones. Esta es una práctica cada vez más habitual en países latinoamericanos, donde hay multitud de jóvenes con futuro prometedor, de familia muy humilde, y clubes con escasa capacidad económica.

Otra posibilidad es comprar jugadores a clubes que necesitan liquidez. Esto cada vez es más latente en Portugal y en España. Por ejemplo, el fichaje de Falcao por el Atlético de Madrid este verano por 40 millones, se posibilitó porque un fondo de inversión puso la mitad del traspaso para hacerse con parte de los derechos del goleador. Recientemente, el Espanyol vendió el 20% de los derechos de dos jugadores por 3,8 millones de euros. Si hay futuros traspasos, el fondo se llevará el 20% del montante. Derechos de jugadores como Roberto, portero del Zaragoza, o Di María, del Real Madrid, han pasado por fondos de inversión.

El fútbol en bolsa

En Europa hay un índice bursátil compuesto por la cotización de 21 clubes de fútbol europeos. Entre ellos, algunos importantes de Italia, Alemania, Portugal o Turquía. Por ejemplo Juventus y Borusia Dortmund, que están cerca de proclamarse campeones en las ligas italiana y germana respectivamente. El STOXX Europe Football, tras leves altibajos desde que comenzó la crisis, tocó su mínimo de los últimos años en mayo de 2010, con 95,25 puntos. Entonces comenzó una escalada que le catapultó a su máximo en 156,36 puntos en enero de 2011, un 64% más que siete meses antes. El índice, tras tocar techo, comenzó una senda bajista que finalizó la segunda semana de este año en 81,81 puntos. En marzo consiguió recuperar los 100 puntos, pero los ha vuelto a perder en abril con una nueva tendencia bajista.

Clubes españoles y Hacienda

“Pagamos cientos de millones de euros para que salgan de la crisis y luego los clubes no pagan sus deudas. Esto no puede ser así”. Esta frase (salvo la palabra crisis, cambiada por una más desagradable) es de Uli Hoeneß, presidente del Bayern Munich. No está claro a qué dinero se refiere en la primera parte, porque España no ha sido rescatada, pero en la segunda tiene razón, y es un sentimiento común en Europa. Los clubes españoles hacen las mejores plantillas posibles, sin que la deuda les penalice. 4.000 millones de euros de deuda acumulan los 20 clubes de primera, según algunas estimaciones. De ellos, en un periodo de recortes y austeridad, 752 millones se deben a Hacienda. La Comisión Europea ya investiga si esto se puede considerar una ayuda del Estado a los clubes, ya que se les da facilidades negociando el pago de lo que adeudan. En otras ligas hay penalizaciones ante grandes pérdidas o deuda, y derechos de televisión repartidos más equitativamente, lo que impide a los grandes clubes competir en igualdad económica con los grandes españoles pero da lugar a una salud económica sostenible a largo plazo.

En cualquier caso, paradójicamente con el momento de crisis europea, un club español puede ser campeón de Europa en Munich.