La energía es uno de los problemas estructurales de la economía española. La dependencia del exterior provoca que la economía sufra los vaivenes continuos del precio y un déficit por cuenta corriente importante. En España apenas se produce un tercio de la energía que se consume.

A su vez, los precios regulados de la energía han estado por debajo del coste reconocido. Esto ha conducido a la generación de un déficit de tarifa que supera ya los 24.000 millones de euros, según cálculos del Gobierno. El Ministerio de Industria ya ha anunciado que acometerán una reforma en el sector para que comience a paliarse en 2013.

La dependencia energética española se concentra sobre todo en el petróleo, puesto que el 56,7% de consumo final de energía procede de productos petrolíferos. En segundo lugar queda la electricidad y en tercero el gas. Hay que tener en cuenta que el mayor consumo de energía se da en el transporte, con más del 37% del total.

En cuanto a la producción, el 46,9% de energía producida en España es nuclear, y el 40,4% es energías renovables.