Europa, y más en concreto España, volverán a la recesión. Y nadie se atreve a pronosticar cuánto durará esta recaída. La situación económica ha estado atrapada por la coyuntura financiera. El euro ha caminado sobre el precipicio al que casi le arrastra la periferia europea y la falta de determinación política. Sin embargo, tras el acuerdo en Grecia y el parche que supone, la situación financiera parece ir por buen camino. Pero, ¿qué pasa con la economía real?

El acuerdo de rescate a Grecia y la troika permanente en Atenas, aunque no suponen un final definitivo al problema, sí podrían ser el último eslabón para estabilizar los mercados y dejar de hablar de crisis financiera. Por lo pronto, los inversores son más optimistas en este 2012. Las grandes bolsas acumulan ganancias considerables en lo que va de año. Alemania y Japón se anotan casi un 20% de subidas. En el primer caso, por la solidez del país germano, y porque los inversores están adelantando una sólida recuperación. En el segundo caso, Japón se está recuperando del terremoto natural, y posteriormente económico, que sufrió en 2011.

En Estados Unidos, Wall Street camina por los mismos derroteros positivos. Alzas tanto en el Dow Jones como en el Nasdaq. En este último caso, superando los 2.700 puntos y consiguiendo el mayor registro en los últimos 11 años, desde antes de la crisis de las dot.com. Los records continuos que bate Apple, a pesar del fallecimiento de Steve Jobs, y la salida a Facebook, son las dos noticias bomba que centran el pensamiento de los inversores entre las grandes TIC.

¿Y España? Todo lo contrario. Las buenas sensaciones financieras de otras grandes plazas no se han contagiado a Madrid. Lejos de ello, el Ibex cae más de tres puntos en estos dos meses y medio de 2012. Las buenas perspectivas para la deuda pública implicaron subastas exitosas del Tesoro, y provocaron un inicio de año bursátil prometedor. Pero pronto ha cambiado la dinámica. Porque las perspectivas no son buenas. Aunque la crisis de deuda pública parezca ir por buen camino, las señales son negativas en el terreno de la economía real. A diferencia de lo que sucede en otros parqués, aquí los inversores no descuentan una recuperación porque no se espera por el momento. Y si los signos de crecimiento y empleo casi no pueden ser peores, el aumento del objetivo de déficit hasta el 5,3% ha encarecido la financiación de la deuda, superando a la italiana.

Las previsiones de crecimiento empeoran día a día. Si hasta hace poco apuntaban a una recesión en 2012 con un tímido inicio de recuperación a finales del año o a principios del próximo, ahora algunas apuntan a que España comenzará 2013 anclada en la recesión. Esta semana, un demoledor informe de la consultora Ernst & Young, una de las ‘Big Four’, estima que la economía española estará en recesión hasta, por lo menos, mitad del próximo año. Según la consultora, el PIB se contraerá un 1,2% este año y un 0,6% el próximo. Aunque el estudio admite la incertidumbre que rodea a la previsión, y que podría dejar ésta como demasiado optimista o demasiado pesimista, sólo ve un sólido crecimiento que pueda crear empleo a partir de 2015.

El bolsillo se resiente

El Estado no está como para estimular ni el crecimiento ni nada. Al revés. Desde hace año y medio se ha primado la austeridad, vía recortes o vía subidas de impuestos. Las exportaciones crecen pero no con la fuerza necesaria para tirar de la economía. De hecho, España pierde cuota exportadora mundial. Por el otro lado, la demanda agregada está hundida. El consumo bajo mínimos, resentido por las subidas del IVA y del IRPF, y sin crédito. Tampoco hay síntomas de mejoría en la inversión, para la que no hay financiación.

Para colmo del ciudadano, su bolsillo se enfrenta esta primavera a una subida del coste del butano, de la luz, de la gasolina, del gas y del transporte. En algunos casos por decisión del regulador, y en otros, como la gasolina, por el encarecimiento de la materia prima.

Y en este panorama no demasiado optimista, ¿hay oportunidades de inversión? Las hay. Tanto fuera de nuestras fronteras como dentro. Hay que tener en cuenta que en recesiones anteriores de la economía española, la bolsa subió. En torno al 30% en 2009, y más del 54% en 1993. Fuera de España es interesante mirar hacia grandes valores del sector industrial, el sector de consumo, o incluso energético y bancario, tanto en renta variable como renta fija. Igualmente, siguen resultando atractivos los mercados emergentes. Así lo explica Fernando Hernández, director de Gestión de Inversis Banco, en el siguiente vídeo.