Publicado en El País 

«Yo sé lo que es luchar contra el sistema durante dos décadas. Es algo durísimo”. En un país donde la industria financiera nunca ha tenido entre sus prioridades fomentar la cultura económica de sus clientes, María Jesús Soto es una rara avis. La directora de la oficina de Inversis Banco en León tiene una larga trayectoria en el mercado de capitales —ha trabajado en AB Asesores o Morgan Stanley—, aunque su verdadera pasión en la formación, la divulgación de nociones financieras. Tiene un programa en la televisión local de su ciudad, da charlas, cuenta con una página web y, su penúltima iniciativa (en su cabeza bullen multitud de proyectos), es la publicación de un libro para enseñar a los niños a ser inversores responsables.

“En España ha habido un déficit tremendo en el conocimiento de conceptos financieros básicos”, denuncia nada más iniciar la conversación. El lugar elegido para hablar de Mi primer libro de economía, ahorro e inversión (Everest) es la terraza de una cafetería con vistas a la Bolsa de Madrid. Con una vitalidad contagiosa, Soto defiende que no debe dar miedo hablar de dinero con los niños. “Una persona no se puede abstraer del dinero. Lo mismo que educamos y advertimos sobre las drogas o el sexo, tenemos la obligación de hablar con naturalidad del dinero. Eso sí, hay que formar a los niños con valores ya que sin ellos el dinero es un arma peligrosa. Los euros se deben ganar y gastar de forma honesta, pero hay que tener unos conocimientos mínimos”.

Su libro está escrito en forma de cómic para facilitar que los niños se interesen por una cosa que puede parecer al principio un poco árida. Se habla de la inflación, del ahorro, de la Bolsa, de las diferentes clases de activos. “Para mí era muy importante que no aparecieran logos porque a los menores hay que formarles, no adoctrinarles”, subraya mientras da sorbitos de su té verde. Soto se muestra totalmente a favor del plan de educación financiera que apadrinan el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), aunque cree que el paso clave es incluir los contenidos financieros como asignatura obligatoria en los programas escolares. “Cuando visito colegios me doy cuenta de que la autoestima de los alumnos mejora bastante cuando son capaces de entender algunas nociones básicas de finanzas”. Eso sí, defiende que en este viaje los asesores financieros no pueden sustituir a los profesores. “El niño y su maestro tienen un lenguaje especial que hay que preservar”.

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