Elaborado por Juan Luis García Alejo, director de Análisis y Gestión de Inversis Banco, y publicado en La Voz de Galicia.

Pocos sentimientos tan gallegos como la saudade reflejan lo que está ocurriendo en su sistema financiero. Un bien que se padece, un mal que se añora. Esta semana se ha iniciado el proceso de subasta final y ofertas vinculantes para NCG Banco. El proceso tiene múltiples caras:

La preparación

Tras las dos salidas en falso para la subasta de Catalunya Caixa por falta de interés final, el FROB necesita un éxito y este ha de ser NCG. El proceso de subasta viene tutelado de lejos. No diré que todo el pescado está vendido, pero no creo que el FROB vaya a permitir sorpresas. Una entidad que ya ha pasado por la venta de Evo, de Banco Gallego, que ha abordado su proceso de reestructuración interna, que ha saneado buena parte de su cartera crediticia, que ha vendido parte de su cartera industrial y creado su propio banco malo, es una entidad que llega a este punto limpia de polvo y paja.

La cara puramente financiera

¿Qué se vende? Tras los resultados del tercer trimestre, la foto de la entidad deja lugar a pocas dudas. Un banco más pequeño, centrado en la región, con una ratio de capital superior al 10 %. Una morosidad del 16,7 %, tras haber sido más agresivo con las refinanciaciones. Una cartera de créditos de 27.019 millones, respaldada por unos depósitos de 27.257. Una cuenta de resultados que antes de provisiones ya genera 776 millones. Se trata de una entidad normalizada en parte, que como el resto, tratará de optimizar el coste de su pasivo, mejorar el retorno de su activo y finalizar cualquier saneamiento pendiente.

La dimensión política

Alberto Núñez Feijoo tiene un perfil de candidato favorito diferente del que manejan Banco de España, Ministerio de Economía y el FROB. En el proceso hay tres grupos de candidatos: grandes bancos domésticos (Caixabank, BBVA, Santander), bancos extranjeros (Banesco) y fondos de inversión (Guggenheim, JC Flowers, WL Ross). Dar entrada una gran marca doméstica es una solución conocida, pero suele traer una vuelta de tuerca adicional en la reestructuración y deslocalización del centro de decisión. Son estos últimos temas los que podrían preocupar más a Feijoo, en la medida que un presidente siempre deseará empresas fuertes de arraigo local que entiendan los problemas desde una óptica cercana. El presidente ha marcado sus preferencias hacia un fondo de inversión. Sin estructura bancaria en España y necesitado del equipo existente, se hace una solución más dulce desde esa perspectiva.

Los proyectos que desarrollaría cada uno de los potenciales candidatos serían diferentes, pero todas las ofertas que se presenten probablemente llevarán una petición de esquema de protección de activos, una suerte de garantía estatal contra pérdidas no reveladas aún. Caer en manos de una gran marca doméstica podría llevar a replicar los procesos vistos en Unimm, CAM y otros tantos. Caer en manos de un fondo de inversión tendría como espada de Damocles el hecho de que su presencia no será para siempre: están aquí para hacer dinero.

En resumen, es un proceso apasionante que forma parte de los pasos finales que han alabado los hombres de negro en su cuarto Informe de Seguimiento del Programa de Ayuda a Instituciones Financieras, pero que en su dimensión más cercana deja una institución nueva, de verdad.

Lee el artículo en La Voz de Galicia. 

Descárgate el artículo en pdf