20 de marzo de 2014. 17 horas y 57 minutos. La primavera hace su aparición triunfal, aunque lleva avisando de su inminente llegada desde hace un par de semanas…

Con el cambio de estación, la subida de las temperaturas, el sol y los días más largos, la rutina de estar en casa toca a su fin. Así que elige destino, compañía y a ¡disfrutar! Estas son nuestras sugerencias.

Valle del Jerte

Ver más de un millón y medio de cerezos florecer es uno de los mejores espectáculos visuales que vienen de la mano de la primavera. Por algo fue declarado de  Interés Turístico Nacional. El valle acoge cada año a miles de visitantes que no quieren perderse cómo el terreno se tiñe del blanco de los cerezos en flor. Además de pasear entre los árboles y probar las ricas cerezas, ¿por qué no participas en las actividades que se organizan por la Fiesta del cerezo en flor, practicas rutas de montaña y senderismo o disfrutas de la amplia gastronomía de la región? ¿Te dará tiempo a todo? 😉

Parque Natural de Doñana

Se trata de la mayor reserva ecológica de Europa. El lince ibérico, el águila imperial, la garzas imperiales y reales, abejarucos, flamencos… han hecho de este paraje su principal hogar. La primavera es uno de los momentos idóneos para su visita, ya que numerosas aves que han pasado el invierno en África vuelven al parque para hacer sus nidos. Pasea por la inmensidad del parque por el camino de la Raya Real en el Coto del Rey, rodeado de pinos piñoneros, alcornoques, acebuches o lenticos. Acércate al Centro de Visitantes José Antonio Valverde, en la zona norte, el lugar ideal para los amantes de la ornitología; o adéntrate por el frente dunar del Acantilado del Asperillo, cogiendo el sendero de Laguna del Jaral. Numerosas empresas hacen visitas guiadas por el parque para que puedas elegir la opción que más te convenga. ¿Y para dormir? La playa de Matalascañas o la aldea del Rocío serán tus grandes aliadas.

Serranía de Cuenca

Es una de las mayores serranías de España y su gran belleza es indiscutible. Ríos, saltos de agua, lagunas, bosques de sabina albar… son solo algunos de sus mayores atractivos. El Rodenal del Cabriel, con un colorido que no esperarás encontrar, el paso fluvial del Postigo, sus espectaculares miradores o el pueblo de Cañete, con su muralla y su castillo, son paradas obligatorias en tu escapada por la serranía. También lo es la Ciudad Encantada, donde el agua, el viento y el hielo dieron forma a unas increíbles formaciones rocosas que bien le valieron la declaración de Sitio Natural de Interés Nacional. Completa tu visita con la gastronomía típica de la zona: orteruelo, huevos con patatas a lo pobre o ajoarriero. Y, por supuesto, llega hasta la ciudad de Cuenca, donde sus famosas casas colgadas bien merecen el viaje.

La costa levantina

Son muchos los que añoran la brisa del mar tras los meses de frío. Para ellos, la costa levantina se convierte en uno de los mejores destinos. Es cierto que el tiempo todavía no acompaña a un primer baño (sólo los valientes se atreverán a un primer chapuzón) pero eso no evitará poder disfrutar de paseos a la orilla del mar junto a unas suaves temperaturas y de unas buenas raciones de pescado con vistas a la playa. Además, es la ocasión perfecta para visitar esos pueblos de interior que durante los meses del verano pasan desapercibidos. Zonas como el Alto Palancia, el Rincón de Ademúz, el Valle de Ayora o Els Ports Maestrat te mostrarán la otra cara, quizá desconocida hasta ahora, de esta región.

Ahora te toca a ti decidir… ¿Cuándo nos vamos?