Un banco sistémico es aquel que, debido a su tamaño e importancia de sus negocios, cuenta con una gran relevancia dentro del mercado. Son aquellos que se consideran esenciales para mantener la estabilidad y cuyos problemas pueden afectar sobremanera al sistema financiero de un determinado país (incluso de manera internacional).

En resumen, se dice de ellos que son demasiado grandes para dejarlos caer, lo que en inglés se ejemplifica con las siglas TBTF (too big to fail).

Exigencias específicas

Esta situación hace que el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), junto al Comité de Basilea, sea el que coordine y desarrolle de manera internacional unas reglas específicas para ellos, intentando así reducir el riesgo que una crisis en estas entidades pudiera extrapolarse al resto. De esta forma, se les somete a unas exigencias adicionales de capital, a unos regímenes de resolución adecuados y a una supervisión más intensa.

Las principales exigencias para estos bancos sistémicos son:

  • Mayor capacidad de absorción de pérdidas
  • Más preparación para el caso de que caigan en crisis
  • Tener preparados los llamados “testamentos en vida”: protocolos de actuación que minimicen los daños si hubieran riesgos de solvencia.

Estas exigencias van en aumento de forma gradual en función de los riesgos sistémicos de cada entidad bancaria.

Bancos sistémicos españoles

El último listado del FSB, elaborado en noviembre del pasado año 2013, incluía a dos entidades financieras españoles: Banco Santander y BBVA.

El listado de bancos sistémicos se publica con una periodicidad anual (cada mes de noviembre) y se toman en cuenta los datos de las entidades hasta finales del año anterior a la publicación del listado.