España recibirá una ayuda importante para dar una vuelta de tuerca más a la reestructuración financiera. Más allá de la nomenclatura, de si catalogarlo como rescate o como préstamo, es un respiro que no se parece a los rescates anteriores en Grecia, Irlanda y Portugal. El importe máximo será de 100.000 millones de euros, ayuda instrumentada a través del FROB.

La cifra no está concretada, pero podría rondar entre los 60.000 y 80.000 millones de euros. En cualquier caso, será una cuantía suficiente para que las entidades financieras hagan frente a nuevas necesidades de recapitalización. La decisión del Eurogrupo de muestra una imagen de solidaridad europea de la que se dudaba en los últimos tiempos. O de la que se ha dudado siempre. A diferencia de lo que ocurrió con Grecia, retrasándose el primer rescate varios meses, ahora para España ha llegado en el momento justo, antes de unas elecciones en Grecia que transmitían, quizás, demasiada incertidumbre para lo que luego ha ocurrido de verdad.

Aún no se conocen los detalles del rescate, y eso es un punto negativo de éste, pues es importante saber los pormenores de la ayuda: cuantía y coste. Se ha venido especulando con 60.000 millones y un 3% de interés, pero no hay nada en concreto. Otro aspecto que puede tener incidencia negativa en los mercados es el aumento de deuda. Las cuentas son sencillas, si finalmente son 60.000 millones, será en torno a un 6% del PIB. Y además, tendrá efectos en el déficit y por tanto podría suponer una nueva zancadilla a la consecución de objetivos que ya de por sí son muy exigentes. Si como se especula es 3% de 60.000 millones, sería 1.800 millones a pagar en concepto de intereses. No obstante, esto no es definitivo. Además, en los últimos días se viene hablando de la posibilidad de que se relajen dichos objetivos de déficit, aplazándose el cumplimiento.

Acogida

Los mercados no acogieron con demasiado entusiasmo el rescate, al menos inicialmente, aunque los efectos positivos deberían notarse conforme avance el tiempo. En los siguientes días al anuncio la prima de riesgo escaló por encima de los 550 puntos y el bono a 10 años superó por primera vez el 7% en el mercado secundario. No obstante, la incertidumbre en Grecia y que el rescate ya estaba en parte descontado explican el nulo entusiasmo. También que pueda aumentar la deuda. En este sentido, si en vez de a través del FROB la ayuda llegara en efectivo, no sólo no penalizaría las emisiones de deuda, sino que aumentaría la demanda de ésta.

Tras el anuncio del rescate, sí fue positivo el comportamiento en los mercados de algunos grandes bancos españoles como Santander, BBVA, CaixaBank o Sabadell. En los cinco días posteriores, Santander subió un 1,7%, BBVA un 1,19%, CaixaBank un 2,4% y Sabadell un 3,1%. El mercado premia en este caso que se sanee el sector financiero.

Más allá de la incertidumbre a corto plazo hasta que se conozcan los detalles, y cómo se podría haber incrementado el impacto positivo de la ayuda, ésta supone un alivio, y la mayoría de analistas lo entienden como algo positivo, especialmente para la recuperación a largo plazo. El saneamiento del sector financiero es fundamental para la credibilidad de la economía y para que fluya el crédito y por tanto el consumo, la inversión y la creación de empleo. En este sentido, el presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann, afirmaba hace unos días que “el sistema bancario es un reflejo de la economía”.

Aún así, no es suficiente sólo con esta ayuda. La reestructuración financiera debe seguir avanzando etapas y acercarse a una conclusión, pues se está perpetuando con pasos sobre pasos desde hace tres años sin un final claro. Y además, se necesita crecimiento. No es fácil, pero sí necesario. Porque sin crecimiento continuarán deteriorándose los balances de los bancos y se seguirán necesitando nuevas provisiones. El papel de los bancos centrales también se antoja ahora clave. Draghi y Bernanke ya han anunciado que están preparados para actuar.

Ante este cóctel, la próxima gran cita será la cumbre europea del 28 de junio. Hay muchas expectativas. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, habló de tres meses importantes para el euro. Hay que tener en cuenta que en 2013 habrá elecciones generales en Alemania, y que en noviembre las habrá en Estados Unidos. Dos citas políticas que podrían afectar de lleno a la economía. Por ello, lo deseable es que los problemas del euro estén, como mínimo, encauzados antes de noviembre, o al menos antes de 2013.

Grecia

Finalmente en Grecia venció Nueva Democracia, y ya hay acuerdo entre Nueva Democracia, Pasok e Izquierda Democrática para formar gobierno con Andonis Samarás como primer ministro, una noticia vista con buenos en Europa porque gobernarán los ‘pro-troika’. Pero todos los partidos tenían entre sus objetivos renegociar las condiciones del rescate, a lo que en principio Alemania se opone. La formación de izquierdas que se antojaban como alternativa, Syriza, en los días previos a los comicios tomó una postura más pro euro. Las alarmas quizás no eran tales.