Publicado en RATm (Rage Against The mARKETS) por Juan Luis García Alejo, director de Inversis Gestión. 

Una vuelta al kiosko digital tras el informe del Banco de España que evalúa los efectos de la reforma laboral impulsada por el actual gobierno (RL, en adelante) sirve para confirmar un hecho: quien narra, sesga. Todos han leído el mismo informe. Y cada uno concluye según le viene en gana. Por supuesto, siempre en reforzando las tesis de la línea editorial de cada cual.

Tras la lectura del informe, lo primero es dar un aplauso al Banco de España, en concreto a su Servicio de Estudios, por hacer el trabajo de revisar cuáles son los efectos de la Reforma Laboral de febrero de 2012. Hasta la fecha este trabajo ha de ser uno de aquellos que sirvan de referencia para opinar. Lo segundo, basta leer y extraer frases literales del informe para saber lo que dice acerca de la RL:

  • El análisis comienza señalando de sí mismo que su alcance es limitado en cuanto a las conclusiones. Y esto es así por una mera razón técnica: ¡ha pasado demasiado poco tiempo para poder juzgar los efectos de la RL! Algunas de las medidas sólo desplegarán sus plenos efectos a mucho más largo plazo. Desconfíen de quien haya extraído conclusiones en apenas 18 meses. Sean ministros o líderes de la oposición o sindicales.
  • Dice el informe que con tan pocos datos distinguir los efectos de la RL del impacto del adverso momento del ciclo que vivimos es difícil.

Los resultados incipientes apuntan a una profundización del proceso de moderación sala­rial tras la aprobación de la reforma de 2012, que podría estar empezando a reflejar una mayor sensibilidad del proceso de determinación salarial a la situación específica de las empresas”.

  • Aunque el tono es muy de paper conviene recalcar de nuevo que en la anterior cita se habla de resultados “incipientes” y de que estos“…podrían estar empezando a reflejar…”. Mucho if para que alguno se vuelva maximalista. O al menos eso me parece a mí. Aun así, éste es el efecto más visible de la RL: moderación salarial adicional.
  • En cuanto a cambios en los sistemas de negociación no se observan aumentos significativos de la descentralización. Es pronto, hay pocos datos.
  • Respecto a las medidas encaminadas a elevar la flexibilidad en la fijación de las condiciones laborales que ofrecía la RL, éstas están siendo aprovechadas por grandes empresas, pero el impacto de las medidas es “menos concluyente” (sic).
  • Y, finalmente, tampoco hay “avances apreciables en las composición de flujos de empleo” (temporalidad). Si acaso, se observa un mayor grado de parcialidad (trabajo a tiempo parcial en sus distintas modalidades).

A pesar de que el informe no termine con conclusiones rotundas o juicios cerrados como resultado del poco tiempo transcurrido desde la puesta en marcha de la RL hay que hacer una loa del mismo pues revisa de forma técnica, objetiva, sus efectos.

En mi opinión, la RL sí está empezando a ser efectiva en su objetivo que era lograr algún grado adicional de flexibilización del mercado laboral. No nos engañemos: la flexibilidad debe entenderse como la capacidad del mercado de adaptar sus condiciones de alcance de los equilibrios fundamentales de forma rápida. Y cuando las condiciones del mercado apuntan a deterioro cíclico agudo (4t11 a 2t13, por ejemplo) esto va en contra del titular del factor trabajo. Quién ofrece el factor trabajo está en desventaja, puesto que éste “abunda”…

[Continúa]

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