Ciertamente, los índices chinos han caída en los dos últimos días, pero de forma moderada, y sin poner en riesgo el retorno positivo que acumulan en febrero (+17.5% para el Shenzhen y +8.8% para el Shanghai Index month-to-date), sugiriendo una resiliencia respecto al resto de plazas, ya en rentabilidades negativas acumuladas en el año.

Uno se pregunta (yo también) ¿Cómo es posible que el mercado epicentro de todo este embrollo –y el más afectado-, sea el que muestra mejor comportamiento?

Bueno. Los inversores chinos parecen creer que la economía se normalizará rápidamente, una vez que la propagación parece controlada en este país. De igual modo, parecen pensar en un programa de estímulos, por el lado fiscal y monetario, que soportará el precio de los activos. Efectivamente, hay buenas cifras sobre el constante declive en el número de nuevos casos confirmados en la China continental. El gobierno, por su parte, se mantiene cauto en sus valoraciones, y lejos de proclamar una victoria. Lo demuestra la decisión el pasado viernes de aplazar el congreso del Politburó.

Tengo una sensación agridulce en este momento, provocada por el stance político de Pekín. Por un lado, las palabras de Xi Jinping del martes, diciendo que “el trabajo de prevención y control está en su punto más crítico”, sugieren un total compromiso para vencer a la epidemia de forma rápida y efectiva. Por otro lado sugiere que un fallo en este punto puede meternos en una situación complicada, y las restricciones que aún se mantienen en algunas partes del país seguirán causando un coste económico en la economía global.

Valorar la situación actual depende del énfasis que uno ponga en cada ponderación.

Pekín mantiene el doble objetivo de controlar el brote y normalizar la economía cuanto antes. El ritmo del segundo propósito está siendo lento, lo que demuestra que se prioriza el primero. El 50% de las principales empresas industriales habían vuelto al trabajo a día de ayer en las provincias de Shanghai, Guangdong y Jiangsu. En el caso de sectores clave como acereras o refinerías, el porcentaje de normalización está en el 60% según fuentes locales. En servicios, en cambio, las empresas están teniendo algunos problemas (por tener que esperar permisos de reapertura de las autoridades locales, al no ser sectores prioritarios, y también porque no disponen de toda su fuerza laboral, en muchos casos migrantes entre provincias).

Con todo, hay una serie de indicadores diarios que seguimos y que muestran un modesto repunte durante la semana pasada, que probablemente sea más evidente a finales de la semana en curso. Si tuviera que poner una cifra a partir de los datos que me llegan, diría que la economía estaría funcionando ahora al 30-40% de su capacidad.

Volviendo al tema principal (la resiliencia del mercado de equity chino), ha quedado patente que los inversores celebraron la decisión del PBoC de recortar algunas tasas de interés clave, y confían en que estos estímulos se mantendrán por un tiempo. Creo que el PBoC ha sido muy moderado hasta el momento (con recortes de 10 pb en los tipos de interés). Ello le otorga aún un amplio espacio para respaldar al mercado con medidas adicionales.

También tengo la impresión de que las bolsas occidentales pueden estar siguiendo el patrón que siguió el mercado chino. Si esto es así, quizás lo mejor sea quedarse quito y no precipitarse.

Saludos,

Álex Fusté

Economista jefe global de Andbank