La Beta es un elemento común de los análisis bursátiles y de la toma de decisiones en la composición de una cartera de activos. En concreto, es un indicador importante del análisis cuantitativo. La Beta intenta medir el riesgo de un activo, por ejemplo una acción, respecto al mercado, y siempre teniendo en cuenta la relación entre el activo y el mercado.

El coeficiente Beta sirve para evaluar el riesgo sistémico de un activo en el modelo CAPM (Capital Asset Pricing Model, modelo que calcula rentabilidad requerida de un activo con riesgo en función de varios parámetros, entre ellos Beta, para entrar en la cartera).

El indicador Beta relaciona la volatilidad de un activo, del mercado, y la correlación de activo y mercado. Es decir, en términos estadísticos relaciona la covarianza del activo con el mercado, con la varianza del mercado.

La fórmula es:  Covarianza (activo, mercado) / varianza (mercado)

La interpretación es sencilla. Si la Beta de un activo es mayor que 1, éste tiene mayor riesgo sistémico que el mercado, y amplifica los movimientos de éste. El activo sería más volátil. Por ejemplo, en un periodo de pérdidas o depreciación, el activo tendría más pérdidas que el conjunto del mercado. Al revés cuando sea un periodo alcista.

Si sucede lo contrario, y Beta es menor que 1, quiere decir que el activo tiene menor riesgo sistémico que el mercado, es menos volátil que la tendencia general.

Por último, si el valor es negativo, quiere decir que la relación es inversa. Es decir, que la rentabilidad del activo aumentará cuando caiga la del mercado y viceversa.