El actual mercado laboral español cuenta con una estructura dual de contratos indefinidos -muy protegidos- y contratos temporales -poco protegidos-. Un escenario al que se le propone “la alternativa”: el contrato único indefinido.

Es decir, se apuesta así por una nueva regulación del mercado laboral por la que todos los contratos sean indefinidos, lo que redundaría en una extensión de la protección legal de la que, hoy día, gozan únicamente estos contratos indefinidos. Más específicamente, se trata de adoptar un nivel de protección intermedio único para todos y con una dualidad mitigada.

Sintetizando, un mercado único para:

Acabar con la dualidad entre contratos temporales e indefinidos

– Decidir la disyuntiva contrato/despido en función de la productividad del trabajador y no por la protección relativa que cada trabajador presenta intrínseco en su propio contrato.

Proteger a los empleados frente a las fluctuaciones inevitables del mercado, evitando que éstas condicionen las decisiones de las empresas. Una fluctuación, por tanto, que sea asumida por todos.

Simplificar y facilitar la toma de decisiones de personal, evitando costes innecesarios.

Con ello se pretende beneficiar a los colectivos desprotegidos, a quienes tienen contratos temporales y a todo el conjunto de trabajadores, en el sentido de propiciarse una menor fluctuación del empleo y una economía más productiva.