Pérdida de confianza: al “kit tradicional” de negociación de Boris Johnson (últimatum +amenazas de retirarse de las conversaciones + la afirmación de que una salida sin acuerdo sería un buen resultado para Reino Unido…) se ha sumado un proyecto de Ley del gobierno británico que vulneraría el Acuerdo de Retirada firmado con la UE. Y esto último es un punto de inflexión a no perder de vista, dañando la confianza entre las dos partes.

¿Definitivo? Podría no serlo puesto que la Ley aún no se ha aprobado y hay voces en contra (unos 30 parlamentarios) dentro del propio partido conservador, pero Johnson cuenta con amplia mayoría. La idea de estar dispuestos a contravenir lo acordado se ha lanzado y endurece lógicamente la postura de la UE. Más allá estarían las repercusiones que podría tener para futuras negociaciones comerciales de Reino Unido y terceras partes. Así hemos visto a los demócratas americanos descartar cualquier acuerdo con EE UU si Reino Unido vulnera los acuerdos del Viernes Santo.  Hard Brexit que el mercado empieza a valorar ahora con una mayor probabilidad, cercana ahora al 50%.

¿Qué hitos quedan en el camino? Más allá de lo económico (reunión del BoE la próxima semana), para finales de septiembre sabríamos si la Ley de Mercado Interno sale adelante y cómo, si incluye o no los aspectos más controvertidos. La UE ha dado un plazo de tres semanas para su retirada, a lo que de momento el gobierno británico se ha negado. Más allá, mediados de octubre y la cumbre europea (15-16/10) y noviembre como fecha para los Presupuestos en Reino Unido. Septiembre-mediados de octubre en la agenda del Brexit.

 

 

De cara a la divisa, las estimaciones para la libra en caso de salida sin acuerdo apuntan al 0,95-0,98. En caso de acuerdo, 0,88 podría ser un nivel de corto plazo. Niveles actuales que no recogerían aún la ausencia de acuerdo. Escasa visibilidad, volatilidad no descartable y unos flujos que no han corregido y que podrían ir a posiciones más cortas.