Cuando Parques Reunidos, la empresa gestora de zoos y parques de atracciones, preparaba su salida a bolsa, en mayo de 1999, quiso que ese momento fuera inolvidable no solo para la compañía, sino también para todos los que asistieran a tan señalado evento. Y podemos decir que lo consiguió, ya que su salida al parqué ha quedado grabada en el anecdotario de la Bolsa.
La noticia del estreno bursátil de la compañía tuvo que compartir la atención mediática con Clarisa, que formaba parte de la comitiva que se acercó hasta la Plaza de la Lealtad. A priori, Clarisa no nos dice mucho. ¿Una directiva más?, podemos pensar. Nada más lejos de la realidad. Clarisa es una elefanta de tres metros y medio de altura y cerca de tres toneladas de peso.
Clarisa se paseaba con una charanga por la madrileña Plaza de la Lealtad, donde se encuentra la Bolsa de Madrid, para atraer la atención sobre la salida a Bolsa de Parques Reunidos. Su momento de gloria iba bien hasta que se encontró de frente con los flashes y las cámaras de televisión. Debió pensar que el mundo del estrellato no era lo suyo, que no quería formar parte de las fotografías que quedarían en el recuerdo y que la mejor opción era irse de allí. Y así lo hizo, casi tirando una farola y llevándose de paso la señal de prohibido aparcar que había en la calle, que acabó en el suelo con un simple golpe de su trompa.
Al final, no quedó más remedio que abatirla a base de dardos somníferos. Y así acabó el salto a la fama de Clarisa: tirada en mitad de la calle Antonio Maura. Lo que mal empieza, mal acaba. Ver a una elefanta desplomada a las puertas de la Bolsa de Madrid no fue nada comparado con el batacazo que tuvieron que encajar los accionistas de la compañía. Su primer día de cotización en el mercado se cerró con una caída del 4,42% para las ‘clarisas’, como, a partir de entonces, se conocería a los títulos de Parques Reunidos.