El ‘sequester’, conocido como ‘secuestro’ presupuestario, se refiere a los recortes automáticos del gasto público ante una situación de déficit.

En momentos de discrepancia política, y ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo para reducir el déficit mediante medidas a largo plazo, se realizan recortes del gasto público que son de aplicación inmediata. Para ello, se establece una fecha de entrada en vigor; y, si llegado ese día no se ha logrado ningún acuerdo, el ajuste se implanta automáticamente.

Los recortes pueden llegar a afectar a varias partidas del presupuesto y ser de importante cuantía, de ahí que se llame ‘secuestro’.

Este concepto tiene su origen en Estados Unidos, precisamente en el contexto de la crisis financiera. El secuestro presupuestario se relaciona además con el ‘abismo fiscal’, es decir, la paralización automática de gran parte del gasto público basada en una serie de subidas de impuestos y recortes sociales.