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El pasado 4 de octubre se decretó una inesperada barra libre de pellizcos entre los directivos de Tweeter. Este fabricante de productos electrónicos, en quiebra desde 2007, vio cómo sus constantes bursátiles resucitaban con una revalorización de casi el 650%. La acción comenzó la jornada cerca del centavo de dólar y, cuando las autoridades suspendieron su cotización, esta se había quintuplicado, aunque llegó a negociarse por un precio hasta siete veces mayor del inicial. La confusión se creó por la miopía fonética de un grupo de ‘brokers’ que confundieron sus siglas con las que utilizará Twitter en su debut en Bolsa, uno de los más esperados en el gremio digital. «Estas son las señales que te dan un poco la sensación de burbujeo», reconoce David Navarro, analista de Inversis. «Todo el mundo quiere participar, pero no tantos saben bien de que se habla», apunta.

«Google pertenece a la generación de la burbuja de las ‘puntocom’ y solo hay que fijarse en su revalorización -el viernes cerró por encima de los 1.000 dólares por acción-. La pregunta es cuál va a ser el Google de esta década. Siendo selectivo y teniendo suerte, dentro de cuatro años puedes haber cuadriplicado tu inversión», sostiene. La noche antes de este pequeño incidente, la red de ‘microblogging’ había remitido a la Comisión del Mercado de Valores estadounidense (SEC) la documentación de su Oferta Pública de Venta (OPV), con la que pretende recaudar 1.000 millones de dólares.

Entre las credenciales presentadas, anunció que de enero a junio sus ingresos supusieron 253,6 millones de dólares, aunque con unas pérdidas cercanas a los 70 millones. «Son números de ‘start up’. Hay que mirarlos con ojos diferentes que a una empresa ya madura», defiende este experto, que destaca la mejora del volumen de negocio (un 200% en 2012), la perspectiva de lograr unos ingresos de 1.300 millones para dentro de dos ejercicios y el aumento de su parroquia -actualmente estimada en 218,3 millones de usuarios activos-, especialmente fuera de EE UU. «Al valorar esto, hay que fiarse un poco de que este crecimiento se vaya consolidar», admite.

Para Navarro, «los planetas se han alineado» justo en el momento que el jilguero más famoso de internet -que podría ser valorado entre 13.000 y 20.000 millones de dólares- ha emprendido el vuelo a Wall Street. Amazon y Netflix están en máximos históricos. Yahoo! casi ha recuperado en 12 meses las pérdidas de tres ejercicios. Incluso Facebook se ha levantado de su gris estreno en el Nasdaq y coquetea con los beneficios en el plazo que se marcó -«algo que pocos creyeron»- gracias a la mejora del rendimiento publicitario en dispositivos móviles.

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