El acuerdo comercial contra la piratería y falsficación en Estados Unidos, ACTA (por sus siglas en inglés) aterriza con fuerza en Bruselas y se cuela en la agenda de los eurodiputados. La piratería competirá por el interés de la Unión Europea esta semana, donde Grecia había acaparado la atención. Además, las leyes antipiratería podrían afectar al negocio de las grandes compañías de Internet, como Google o Yahoo!, e incluso tener efectos en la salida a bolsa de Facebook.

Este martes se entregó una petición pública en la Comisión de Peticiones del Parlamento contra la Ley ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), firmada por 2,5 millones de personas de todo el Mundo. El miércoles ha sido el día elegido para que la Comisión de Comercio Internacional lleve a cabo un primer debate sobre el ACTA con la Comisión Europea. Al día siguiente se celebrará un seminario abierto al público en el que eurodiputados, académicos, organizaciones y funcionarios de la UE discutirán acerca del proyecto, analizando sus potenciales ventajas y desventajas.

El asunto no es baladí. Más allá del interesante debate acerca de los derechos intelectuales y la necesidad o no de proteger a los autores, en números, el comercio internacional de artículos pirateados o falsificados movió más de 200.000 millones de euros a escala mundial en 2005, según los últimos cálculos de la OCDE. 200.000 millones representan, por ejemplo, más del 80% del PIB de Grecia.

Los expertos creen que la cifra se ha incrementado en la actualidad. ACTA busca frenar esto. Su objetivo es reforzar los derechos de propiedad intelectual. Por el contrario, los críticos temen que esta ley pueda favorecer los intereses de grandes empresas a costa de los derechos ciudadanos, además de ser una censura en Internet. Para que entre en vigor el acuerdo a nivel internacional con la participación de la Unión Europea, el Parlamento tiene que dar su visto bueno, según recoge el Tratado de Lisboa.

Compañías en contra

En Estados Unidos se aprobó en octubre la Ley Sopa (Stop Online Piracy Act) para frenar la piratería en Internet, y poco después el FBI acometió el famoso cierre de Megaupload y detención a su fundador, Kim Scmitz. Según los datos que manejaba el Departamento de Justicia estadounidense, esta red de piratería ilegal generaba 175 millones de dólares de beneficio ilegal, generando un daño a las empresas propietarias de los derechos de propiedad intelectual de hasta 500 millones.

Sin embargo, no sólo organizaciones representantes de la sociedad civil se opusieron a la Ley Sopa, también grandes compañías, como Google, Facebook, Twitter, Mozilla, Yahoo! o LinkedIn entre otras.

Estas empresas, algunas auténticos colosos bursátiles, temen que este tipo de leyes mermen el tráfico y el uso de Internet, lo que inevitablemente afectaría a su negocio. Al fin y al cabo, compartir archivos online (se llame piratería o simplemente así, compartir), fomenta el uso del mundo web en todas sus formas. Y esto redunda en la utilización, y por tanto en el negocio, de estas grandes empresas. Una de ellas, Facebook, puede protagonizar la gran noticia bursátil del año con su salida a bolsa, prevista en mayo. De esta forma, cualquier modificación en leyes antipiratería que censuren el tráfico en Internet, podría modificar las expectativas de los inversores, variando su posición respecto al debut en bolsa de la red social de Mark Zuckerberg, valorado, cuya cotización podría estar entre 75.000 y 100.000 millones de dólares (entre 55.500 millones de euros y 75.000). Es decir, podría superar la capitalización de la mayor empresa española, Telefónica.