Elaborado por Fernando Hernández, director de Gestión de Inversis Banco, y publicado en La Razón.

Los mercados ya han dictado sentencia: la zona euro recupera sus constantes vitales, EEUU crece por debajo de su potencial, pero crece; Japón camina hacia un futuro cargado de masa monetaria y tal vez algún tipo de inflación.

Mientras los emergentes pierden su brillo, en parte por unos tipos americanos más altos y en parte por desequilibrios que en unos casos son externos y en otros internos. En este contexto se presentan incertidumbres de tipo político (Italia y el inefable Berlusconi; Estados Unidos y la eterna duda sobre la paralización del país por falta de consenso con el techo de deuda) y los mercados corrigen. Y lo hacen desde máximos del año, con tipos de interés de la deuda de los países «periféricos» en mínimos de los últimos tiempos y con sectores como el bancario muy lejos de los niveles de alerta roja.

Las preguntas que nos hacemos son: ¿tiene cabida una corrección seria de los índices? ¿Es lógico que volvamos a ver a los bonos de países como Italia y España por encima del 5.5 por ciento? La respuesta es no. El mercado no está preocupado por las cuestiones relativas a la ruptura de la zona euro, menos por un colapso de la economía americana. Hace un año, esto hubiera maniatado a los índices, pero mucho ha llovido desde entonces, y Bernanke así como Draghi han dado muestra de que
están detrás en caso de necesidad.

El primero sorprendiendo recientemente al anunciar que no cabe empezar a hablar de reducción en las compras de deuda, mientras que el segundo, tras el «pase lo que pase
la zona euro es inquebrantable». Más importante aún es la evolución del tejido empresarial en todo el mundo, los beneficios crecen y lo hacen a buen ritmo.
Con estos mimbres, habrá que esperar un tiempo a que pase la tormenta para volver a replantear nuestras inversiones, que deben seguir en los mercados, especialmente el de
renta variable.

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